"El vaticanico dejará de serlo y de esa manera tratarán de eliminar esa voluntad de permanencia visual en el perfil urbano de ese dominio de la dictadura"
Mirando al acuerdo para resignificar el Monumento a los Caídos
49 años: La entrada de Lorente
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Pamplona
Hoy hace 49 años de esto.
Arias Navarro, presidente del gobierno entonces, anunció con rictus fúnebre casi lacrimógeno la muerte en la cama del dictador. 49 años después Navarra da un paso para tratar de quitarle su significado al segundo monumento franquista más grande de España después de la tumba del dictador en Guadarrama. El Monumento a los Caídos cambiará. Lo primero, la cúpula.
El vaticanico dejará de serlo y de esa manera tratarán de eliminar esa voluntad de permanencia visual en el perfil urbano de ese dominio de la dictadura. De la misma manera que el ojo de sauron vigila la tierra media en el señor de los anillos, lo hacía hasta ahora Los Caídos. Otro cambio, el nombre.
Miren Zabaleta, coordinadora de EH Bildu, otra de las patas del acuerdo que suma a 27 de los 50 parlamentarios y 16 de los 27 asientos del pleno de Pamplona. Nombre de Maravillas Lamberto, violada primero, asesinada brutalmente después por los golpistas en agosto del 36. Nombre y proyecto que disgusta a las asociaciones de victimas.
Amaia Lerga, portavoz de AFNA36, entidad que abogaba por el derribo del monumento, una opción que en las instituciones sólo defiende Contigo Zurekin, con sus 3 parlamentarios y su concejal en Pamplona, pero socio, hoy enfadado, de los dos gobiernos, el de Chivite y el de Asiron.
La entrada de Lorente
