Familiares de fusilados conmemoran la "Matanza de Valcaldera"
A inicios de la guerra civil, 52 presos extraídos de la cárcel de Pamplona con la promesa de ser liberados fueron fusilados
AFFNA36 conmemora la Matanza de Valcaldera
18:50
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Pamplona
El 23 de agosto de 1936, 53 presos fueron sacados de la cárcel de Pamplona. Les dijeron que iban a ser libres. Era domingo, y había convocada una manifestación religiosa por las fuerzas golpistas, por lo que a los presos les cuadraba que les soltaran. Los domingos no solía haber fusilamientos, y menos, si coinciden con una celebración religiosa.
Sin embargo, conforme los presos bajaron del autobús en el que fueron trasladados de Pamplona a Valcaldera (Cadreita), supieron que tal promesa de libertad no era más que un engaño para mantener a los presos tranquilos durante el trayecto. Los 53 presos pasaron de seis en seis para ser fusilados. Aunque no todos murieron. Honorino Arteta fue el único superviviente.
Engaño cruel que está en el origen del homenaje en dos actos que se realiza en cadreita. Amaya Lerga, de la Asociación de familiares de fusilados de Navarra (AFFNA1936), lo explicaba en la SER: "Un doble acto, porque hacemos el último camino que hicieron estos hombres con vida, un acto en la puerta de la antigua cárcel de Pamplona de donde se los llevaron pensando que iban a ser libres, porque el día antes les dijeron que les iban a liberar, y realizamos un acto también en el término de Cadreíta, en Valcaldera, que es donde fueron asesinados".
87 años, pues, se cumplen de estos hechos que suponen la segunda mayor matanza de la guerra civil en nuestra comunidad. En la SER ha hablado Carlota Rodríguez, sobrina nieta de uno de los fusilados, Marino Húder. Carlota dice que el fusilamiento no fue un tema tabú en su familia: "Mi abuela, que era sdu hermana, habló mucho de él, y para nosotros era como si estuviera presente. Sí que sabemos que a él cuando se lo llevaron de casa pensaba que iba a volver. De hecho hubo personas que organizaron su rescate, y él dijo que no, que él no iba a huir porque no había hecho nada y seguramente le mandarían para su casa".
Sin embargo, no fue así. Húder era médico de formación y vocación, y ayudaba, según Carlota, incluso a los que no podían pagarle. "Él lo único que hacía, él ayudaba a las personas mucho, aunque no le pudieran pagar, él era un médico de vocación, y era lo único que hacía".
Los cuerpos están ahora desaparecidos. En un principio se llevaron a Cuelgamuros, en Madrid, en 1959. Posteriormente, en 1980, se logró el permiso para exhumarlos, pero en el retorno a Navarra se perdió su rastro. carlota Rodríguez se refería a este hecho: "Nosotros salimos de Venezuela hace dos años, y entonbces supimos que les habían llevado a Cuelgamuros, cosa que mi madre no sabe, porque si no se muere directamente, y luego los llevaron a un sitio. Nosotros hemos decidido quedarnos, hasta que aparezcan, con que est´´an en un sitio amigo. Aunque no estén en las fosas donde originalmente estaban, pensamos que estarán en Pamplona, o en algún otro sitio donde alguien los enterró por bien".