Alberto Madinabeitia: "Arantza Hotela es una historia de amor"

Pamplona

En el extremo norte de Navarra, la pequeña localidad de Arantza alberga un secreto para ser descubierto, sobre todo, por parejas que deseen reencontrarse y disfrutar del sosiego que da la desconexión en un hotel de cinco estrellas ubicado en un paraje de ensueño. Arantza Hotela es un establecimiento que cuenta con once habitaciones. Escasas en número pero muy generosas en espacio, entre los 50 y los 120 metros cuadrados. Las vistas a los bosques y pastos de este pueblo de la Comarca del Bidasoa marcan la diferencia. Destaca la armonía, el silencio que rodea a este edificio de 2.000 metros cuadrados, preparado para acoger a personas con movilidad reducida, y que acaba de obtener la etiqueta ecológica europea Ecolabel, que certifica que se trata de un establecimiento cien por cien sostenible, "somo el primer hotel de cinco estrellas de la Península Ibérica" que lo consigue, destaca su gerente, Alberto Madinabeitia.

Él es el protagonista de esta nueva entrega de La ventana de la Empresa navarra. Junto a otro socio, lleva las riendas de este hotel destinado en exclusiva para personas adultas. El turismo con niños, para grupos y en familia, lo derivan a otras instalaciones cercanas de la misma empresa. Arantza Hotela, que surgió hace nueve años y medio, preserva la calma que buscan muchas parejas, que constituyen "alrededor del 90% de la clientela". A poco más de una hora de Pamplona, cuarenta minutos de San Sebastián y una hora de Bayona, Arantza Hotela no está concebido como un hotel dormitorio donde pernoctar para seguir visitando pueblos y ciudades. Madinabeitia explica que lo ideal es que durante la estancia -dos o tres noches de promedio- los clientes "no toquen el coche, disfruten de la estancia en la habitación y de las zonas comunes, con el spa y el restaurante. El spa privado, que se reserva en exclusiva para una pareja por turno, es uno de los puntos fuertes del hotel. Y no hace falta estar hospedados en una de las habitaciones para poder disfrutar de una sesión de spa y del restaurante. Unas experiencias que el hotel está comercializando.

El valor de lo natural

"Estamos junto a la reserva natural de Artikutza y todas las rutas que tenemos, bien a pie o en bicicleta, nos llevan a ese momento que hoy en día necesitamos de olvidarnos del trabajo, de las obligaciones familiares y del móvil". Madinabeitia subraya que Arantza Hotela es el fruto de "una historia de amor", un establecimiento diseñado para las parejas por un artista, José Pablo Arriaga." Cada una de las habitaciones representa una historia de amor que intentamos contar a todos los clientes que nos visitan", explica. Clientes que proporcionan la fuerza necesaria para sacar adelante este proyecto que surgió hace diez años. Los actuales socios, aficionados a la montaña, tenían claro que querían emprender un proyecto relacionado con la estancia en la naturaleza pero con un perfil que les permitiera destacarse en el mercado turístico. "No ha sido un camino fácil", cuenta Madinabeitia, "luego llegó la pandemia, pero ahí vamos peleando y no queda más remedio que ser optimista y tenemos que buscar clientes en otros segmentos donde no los hemos buscado". Una clientela que llega de Francia, de Estados Unidos o de países asiáticos incluso, pero también de comunidades autónomas como Madrid o Euskadi. Avista la presente temporada turística ya "más estable", aunque advierte del incremento de los costes con la inflación. "Estamos trabajando 6 personas y el objetivo es incrementar a 8 en el próximo mes". La empresa forma parte de Anapeh, la asociación que agrupa a la pequeña empresa de hostelería en Navarra.