De la violencia analógica a la digital: "Hemos pasado de insultar en la pareja a la mujer llamándole puta a crearle un perfil de prostituta"
Acosar o controlar a la pareja usando el móvil o espiar su teléfono móvil son algunas de las conductas más habituales de ciberviolencia contra las mujeres por parte de hombres
Ciberviolencia hacia las mujeres: de la violencia analógica a la de la era digital
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Pamplona
Existe mucha cifra negra, delitos que no llegan a las autoridades, en torno a la ciberviolencia hacia las mujeres, apunta Miguel Ruiz-Marfany, jefe de la brigada de delitos informáticos y contra el patrimonio de Policía Foral, que alerta de la normalización de determinadas conductas que estrictamente serían delito. "El acceder a las conversaciones privadas de tu pareja, el instalarle una aplicación espía que permita conocer su geoposicionamiento. Son conductas que en principio son delictivas y que vemos que en parte están hasta un poco normalizadas especialmente por parte de la juventud". El inspector ha subrayado que hay una "cifra negra" sobre la prevalencia de la ciberviolencia por diferentes motivos. Entre ellos ha citado la "vergüenza" de la víctima, la presión social y familiar, la falta de confianza en el sistema judicial/policial por miedo a la revictimización o el miedo a las represalias del autor.
Acosar o controlar a la pareja usando el móvil, interferir en relaciones de la mujer con otras personas en internet, o espiar su teléfono móvil son algunas de las conductas más habituales de ciberviolencia contra las mujeres por parte de hombres. "Es frecuente que los hombres exijan a sus parejas que les muestren los chats, les compartan sus claves personales o censuren su actividad en redes sociales, generalmente, fotos".
Y también víctimas de la tradicional violencia de género que también están sufriendo este tipo de violencia, pasando de la violencia analógica a la de la era de internet. Amparo Díaz, abogada especializada en violencia contra las mujeres, apunta que "hemos pasado de insultar en la pareja a la mujer llamándole puta a crearle un perfil de prostituta. O si antes como castigo se difamaba a la mujer, ahora como castigo imágenes íntimas se suben en páginas porno o se difunden". "El sistema judicial puede responder en este tipo de casos, consiguiendo por ejemplo las propias pruebas electrónicas", añade Díaz.
E insisten sobre todo en la prevención entre la juventud, y es que ha aumentado el número de niñas víctimas de violencia de género y el número de agresores menores de edad. Y piden una normativa acorde a los nuevos tiempos.
"Falta profundizar en el relato de la víctima", asegura Díaz. "El tema más grave es el de la difusión de fotografías, en el momento que la envías pierdes totalmente el control". Y sobre todo animan a las víctimas a que "lo cuenten".
Según la macroencuesta de violencia contra la mujer que la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género llevó a cabo en 2019, el 18,4% de las mujeres ha sufrido acoso a través de las redes sociales. El 7,2% ha recibido imágenes sexualmente explícitas que le hayan hecho sentir ofendida, humillada, o intimidada.
El 4,3% de las mujeres que han sufrido acoso reiterado ha experimentado cómo el acosador publicaba fotos, vídeos o información personal en internet o en redes sociales, o la ha enviado a terceros a través de servicios digitales. A menor edad, mayor es la incidencia; en menos de una década, se han multiplicado por cinco en España los delitos de contacto mediante tecnología con menores de 16 años con fines sexuales.