Su esposo fallece al poco de mudarse a España: ahora esta mujer de EEUU decide que es la hora de cumplir su sueño
A pesar de quedarse sola, tuvo la valentía de hacer lo que habían hablado para el futuro
Personas dándose la mano / Charday Penn
Una vez que las personas entran en edades de jubilación intentan buscar cómo vivir los siguientes años en los que no tendrán las ataduras laborales y las responsabilidades familiares con las que han tenido que convivir durante muchos años. Algunos de ellos acomodan todo para dar un giro de 180 grados y deciden dar el paso de cambiar por completo, incluso su lugar de residencia, y hasta a veces su propio país.
Madeline Waid y su esposo Jim son un claro ejemplo de ello. Afincados en Randolph, un pueblo del estado estadounidense de Vermont, decidieron buscar un nuevo emplazamiento donde el coste de vida fuera más bajo de cara al momento en el que se jubilaran, y tras barajar posibilidades como algún sitio de Sudamérica o Portugal, se terminaron decantando por España. En su momento también pensaron en Alemania, pero la mujer explicó a CNN Travel que "no nos quería porque éramos personas mayores y jubiladas".
De esta forma, en 2016 fue cuando surgió la determinación definitiva viendo que "la política en Estados Unidos se volvió más intolerante", terminando por decidirse y comenzando a hacer los trámites necesarios, buscando la jubilación anticipada y vendiendo su vivienda para comprar otra en España, concretamente en el barrio valenciano de El Carmen, allá por 2017, aunque hasta dos años después no pudieron hacer las maletas de manera permanente.
Valencia y la enfermedad de Jim
El motivo de retrasar su mudanza fue que a Madeline no le permitieron jubilarse antes. Como Jim sí lo consiguió, él fue quien estuvo haciendo visitas a Valencia para ir preparando todo de cara a instalarse en cuanto pudieran. "Recogimos todo en cuanto terminé. Fuimos a visitar a mis hijos en Boston durante una semana y luego nos fuimos", explica la mujer mientras asegura que vendieron prácticamente todas sus pertenencias, llegando a España con solo dos maletas y sus perros, Cleo y Luna.
En 2019 empezó su periodo de "vivir de vacaciones" que duró un par de años en los que aprovecharon para recorrerse la geografía española, salir a pasar el rato, aprender correctamente el idioma y crear vínculos con la gente de su nuevo país, que según define se encontraron con que "había muchas más conexiones humanas aquí que en Estados Unidos", quedando encantados con una "división mucho más saludable entre vida y trabajo", diciendo que los españoles "trabajan duro, pero cuando terminan, terminan".
Todo se cortó con la llegada de la pandemia del coronavirus, pero el verdadero punto de inflexión lo vivieron en 2021. A Jim le diagnosticaron un cáncer terminal, pero mientras que muchos de sus familiares y amigos pensaron que en ese momento regresarían a EEUU, decidieron que se tratara en España. "La atención sanitaria aquí es mucho más consistente, mejor y más barata", asegurando que la atención y los métodos "eran de vanguardia" y, en comparación, si hubieran estado en Vermont "habría sido mucho más difícil y caro". Desafortunadamente, su marido murió pocos días antes de Navidad en 2022.
España, a pesar de todo
"Creo que el apoyo que recibí de gente lejana, de gente cercana, hizo que esto fuera mucho más fácil de lo que podría haber sido. Y no estoy segura de que hubiera sido así en Estados Unidos, ni siquiera en la ciudad de Vermont donde viví durante seis años", se sincera Madeline. Fue uno de los factores que hicieron que se quedara en España a pesar de ya no estar Jim, aunque no el único, sino que incluso antes de que llegara a enfermar ya habían hablado de la posibilidad de que si faltaba, no se marcharía.
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Ella misma se lo relata a CNN Travel. "Habíamos hablado de eso en teoría, porque él era mayor que yo. Y me dijo: 'Espero que te sientas lo suficientemente cómoda como para que cuando yo muera… te quedes aquí, porque me encantaría pensar que prosperarás en este lugar'. Y le dije: 'Bueno, ya veremos qué pasa'. Y para cuando se enfermó, pensé: 'No voy a volver'". Y así fue, cuando llegó ese fatídico momento, continuó en nuestro país, aunque sí que decidió mudarse de barrio porque se le hacía muy duro continuar en la misma casa y visitar los mismos lugares sin él.
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"Esta es la vida que habíamos imaginado. Simplemente lo estoy haciendo sola. Y así es la vida. O sea, podría haber sido yo quien murió, y supongo que él habría seguido adelante. Porque, ¿qué otra cosa se puede hacer?", se sinceró la mujer, que aunque expresó que residir en España como viuda no era algo que hubiera previsto que pasara tan pronto, sí que ha podido encontrar su lugar poco a poco y ahora se siente mucho más segura.
Algunas de las cosas que más le gustan a Madeline de España es el ritmo de vida más lento y la actitud de "vivir y dejar vivir", pues "hay una especie de alegría en ello que ya no existe en Estados Unidos". Allí regresa al menos una vez al año para ver a sus dos hijos, y aunque los echa de menos a ellos y algunas cosas que le daba Vermont, asegura que "saben que no voy a volver", porque a pesar de afirmar que "ver a mis hijos es lo más importante", así como a algunos viejos amigos, España se ha convertido definitivamente en su hogar, como había querido Jim.
