El hermoso nombre prohibido en Euskadi que supera todos los obstáculos y hoy lo llevan casi 15.000 españolas
El euskera ha sido muy perseguido, sobre todo en muchos periodos del siglo pasado

Banderas País Vasco / javitrapero

El euskera es una lengua que se habla en el extremo occidental de los Pirineos, abarcando territorios como Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra, así como Labort, Baja Navarra y Sola. Según Etxepare Euskal Institutua, es hablada por alrededor de 900.000 personas y su origen no está del todo claro, habiéndose generado varias hipótesis sobre este, y sin pertenecer a ninguna familia lingüística conocida. Así, aunque su supervivencia es segura, hay voces de alarma.
Más información
En el organismo mencionado recogen que la UNESCO considera que "la lengua vasca se encuentra en una situación de debilidad, especialmente en Navarra, y en situación gran riesgo en el País Vasco del Norte", aunque ellos determinan que no hay peligro de desaparición pese a las dificultades. Y la realidad es que tienen muchos motivos para creerlo. Además de por los cientos de años que lleva hablándose, la experiencia durante el franquismo lo avala.
La dictadura fue en contra de las lenguas que hoy son cooficiales en nuestro país, el catalán, el gallego y el euskera, siendo reducidas a un uso exclusivo del hogar, sin poder hablarlo ni en las calles por las posibles represalias, ni qué decir en instituciones. Esto llega tan lejos que incluso se prohibieron los nombres originarios de ellas, quedando totalmente excluidos y teniendo que ser reemplazados por otros más "nacionales" o católicos.
Esto se explica detalladamente en el artículo titulado 'La prohibición de los nombres vascos durante el Franquismo', de Mikelats Euskaltegia, donde indica que en "mayo de 1938, el Ministerio de Interior franquista decreta la prohibición de registrar a niños en el código civil de manera que no fueran consideradas de lengua castellana". De esta manera y a partir de entonces "comenzaba una persecución hacía los nombres euskaldunes por parte del régimen dictatorial de Franco".

Solo el 1,6 % de los estrenos cinematográficos en Euskal Herria el año pasado se proyectaron en euskera
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Un nombre prohibido pero recuperado
Son muchos los nombres que tuvieron que ser reformulados para no incurrir en "una significación contraria a la unidad de la patria española", como Gaizka y Jel, que pasaron a llamarse Malo y Jelasio, pero hay muchísimos casos más. Por ejemplo, en Crónica vasca apuntaron hace un tiempo uno bastante extendido en la actualidad que durante gran parte del siglo pasado fue traducido como María Fin, habiéndose prohibido en los 70 por "inducir confusión de sexo, ser indecoroso y propio de gitanos", según explican.
Este era Amaia, que tal y como explican en el medio mencionado "algunos estudios señalan que su etimología deriva de la raíz indoeuropea 'amma', que significa 'madre'", teniendo connotaciones muy diferentes a las que le dieron los franquistas. En la actualidad, es un nombre bastante recurrente en nuestro país y los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) convienen que hay alrededor de 15.000 mujeres que se llaman así.
En Gipuzkoa, Bizkaia, Navarra y Álava es donde más se repite, pero hay datos de personas que lo portan por toda la geografía española, especialmente en el norte. Así, igual que el euskera, sus nombres sobreviven así pasen cientos de años, detractores o regímenes autoritarios, porque se ha demostrado que ni las más poderosas y reaccionarias fuerzas pueden acabar completamente con la identidad de un pueblo.