Una pareja de británicos se muda a España motivados por la envidia: lo que encuentran les salva de los números rojos
Cambian su vida por completo con una mudanza que surgió de un viaje puntual

Foto ilustrativa de padres, hijos y ahorro / Peter Dazeley

Nuestro país es reclamo de muchas personas que viven fuera de nuestras fronteras por las posibilidades que ofrece a modo de estilo de vida y bienestar, con muchas de ellas quedando fascinadas por el clima agradable, la gastronomía y, aunque nos parezca algo difícil de pensar por vivir en este entorno, los gastos reducidos, siempre en comparación con ciertos lugares que son realmente caros para poder echar raíces con garantías de futuro.
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Y es que hay muchas familias que viven ahogadas en países en los que el coste es altísimo hasta en cosas de lo más cotidianas y, cuando se quieren dar cuenta, se encuentran en una situación límite que les obliga a buscar soluciones drásticas. Es el caso de Sandra Laurie y su esposo, que cuando vivían con sus dos hijos en el condado de Tipperary (Irlanda) veían cómo su economía estaba en estado crítico a pesar de tener buenos trabajos en los sectores de las telecomunicaciones y el soporte técnico.
Según relata la mujer en The Paper, vivían al día, su tiempo libre en familia era "inexistente" y los caprichos tenían que ser cuidados al dedillo, pues sus gastos de vida eran excesivos, todo ello a pesar de tener una hipoteca no demasiado prohibitiva en el contexto irlandés, unos 600 euros mensuales, pero sus ingresos iban casi íntegramente a los niños. "Los altos y excesivos costos del cuidado infantil, junto con una falta general de apoyo a las familias, hacían que la vida fuera un desafío. Pagábamos unos 2.000 euros al mes en gastos de guardería. Los gastos médicos también eran una carga".
"Teníamos que pagar 50 euros por cada visita al médico de cabecera, además de los altos costos de las recetas. Mi hijo tenía asma grave y, como vivíamos en un valle, su condición empeoró", la situación era tensa y estresante, pero todo cambió durante unas vacaciones en España, donde conocieron a algunas familias que ya estaban instaladas aquí. "Tenían la vida que queríamos y les envidiábamos", comenta Laurie, que tras pasar unas veladas inolvidables se hicieron una pregunta a ellos mismos: "Si ellos pueden vivir esta vida, ¿por qué nosotros no?"
"España es nuestro hogar"
En 2017 decidieron hacer las maletas y se mudaron a Benalmádena, en la Costa del Sol, donde ahora viven en un chalet cerca del mar, y aunque comenta que la vida es muy diferente a la que estaban acostumbrados, lo notaron inmediatamente en el bolsillo. "Pasamos inmediatamente de pagar 2.000 euros al mes por el cuidado de niños en Irlanda a solo 200 euros mensuales en España", lo cual tuvo un impacto tremendo en su economía, pero no solo eso, sino que hasta ir a tomar un café o comer fuera de casa les supuso un extra para sus ahorros.

Benalmádena / Hans-Peter Merten

Benalmádena / Hans-Peter Merten
Llegaron a nuestro país con 50.000 euros que pudieron traerse después de vender su casa en Irlanda, pero cuando se instalaron tuvieron que pagar un año completo de alquiler a modo de garantía y comprar dos coches. Igualmente, sienten que todo les salió a la perfección, y aunque se instalaron sin tener aún trabajo, consiguieron empezar a salir adelante de forma más o menos fácil, teniendo el plus de gozar de bastante más libertad para su tiempo de ocio, cosa que en sus lugares de origen no disponían.
Notaron inmediatamente las inmensas posibilidades que les daba el clima, que al ser más agradable les permitió disfrutar de actividades gratuitas al aire libre con sus hijos. "En Irlanda, debido al clima, la mayoría de las actividades se realizaron a un precio elevado", algo de lo más significativo para ellos por la conciliación familiar. En este momento, el matrimonio tiene su propio negocio inmobiliario desde 2018 y están muy contentos con la rutina de sus hijos, que tienen el plus de haber aprendido a hablar varios idiomas con fluidez, todo ello aunado a una vida que transcurre a un "ritmo más lento y agradable".
"La vida ha sido increíblemente amable con nosotros aquí, realmente estamos viviendo el sueño mediterráneo. Cada año, nuestro negocio va viento en popa, gracias a nuestra misión de ayudar a otros a encontrar su trocito de paraíso en la Costa del Sol. España es nuestro hogar. Nos integramos plenamente a la cultura, no hay otro lugar donde preferiríamos vivir y criar a nuestra familia. Estamos aquí para quedarnos".