Una pareja finlandesa se va a Canarias y cuando llega a la supuesta casa soñada se sorprende hasta el taxista

Nuestro país es uno de los destinos más elegidos por los extranjeros para hacer una escapada o estar una temporada huyendo del frío que hace en sus lugares de residencia, donde suelen tener inviernos más crudos. Muchos buscan la manera de disfrutar de las mieles que ofrece nuestra geografía, acomodándose como pueden para ello.

Sin embargo, si no son de los que tienen una segunda residencia y no conocen a nadie en España, más vale que se cercioren bien dónde reservan los alojamientos, las garantías que les dan y las condiciones, como los reembolsos, por ejemplo. No es lo mejor pagar por adelantado, más aún teniendo en cuenta la cantidad de estafas que hay por ahí, por lo que deben de estar muy atentos porque hay muchos casos de más de un listo que le ha tomado el pelo a los viajeros.

Esto fue lo que le ocurrió a una mujer finlandesa. Su idea era ir con su pareja a pasar unas semanas a Canarias, así que buscó un sitio para alquilar. Para ello se puso en contacto con un hombre que decía tener un apartamento en San Agustín (Gran Canaria), se reunieron, discutieron las condiciones y firmaron el contrato de arrendamiento para poco más de un mes, tal y como explica el medio Iltalehti. El piso les convenció sobre el papel.

Según lo que contó el arrendador, contaba con 45 metros cuadrados repartidos en una sala de estar, una cocina, un baño y un dormitorio, que para lo que querían estaba perfecto. Además, relató que tenía unas vistas espectaculares hacia la playa y el mar por su ubicación, pues estaba situada en un acantilado. Así, se dispuso todo y viajaron a España, llegando a la isla el 14 de diciembre de 2022. La sorpresa fue mayúscula para todos.

Estafa con excusas

Mujer, marido y perro pisaron suelo español y se dispusieron a ir al apartamento por el que habían pagado 800 euros por adelantado y del que tenían la llave, así que cogieron un taxi. Pero cuando iban a llevarlos descubrieron que el piso no existía, no estaba donde les habían prometido y quedaron sorprendidos todos, hasta el taxista, que no daba crédito a lo que le estaba pasando a la pareja venida desde Finlandia.

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Obviamente, intentaron ponerse en contacto con el hombre, que tras unos breves mensajes les dijo que no le iba bien la conexión y que después hablarían. No lo volvería a hacer. En esa situación tuvieron que buscar rápidamente un sitio donde quedarse, teniendo que desembolsar finalmente 1.610 euros para el nuevo lugar, a lo que se sumó unos 200 euros de desplazamientos. El pufo fue tremendo y el agobio también, hasta tal punto que el sofocón hizo que la mujer tuviera cuadros de estrés y ansiedad.

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Una vez que regresaron a su país se dispusieron a dar con el estafador y llevarlo ante la justicia. Las cosas de palacio van despacio, así que pasó un poco de tiempo, pero hombre de 61 años fue llevado a la sala del Tribunal de Distrito, pero aunque sí que reconoció que fue él el que hizo la transacción, espetó que no cometió ninguna falta. ¿Su defensa? Que él estaba alquilando el apartamento a nombre de su amigo, que sería el hipotético dueño real, y que no sabía nada más.

Sin embargo, tras escuchar a las partes y visionar todas las pruebas, el Tribunal lo condenó a una multa de 100 días por fraude por un valor total de 1.600 euros, teniendo que pagar a los perjudicados unas indemnizaciones que alcanzan los 3.060 euros. El acusado apeló el veredicto el pasado mes de noviembre, pero la resolución de dicha apelación ha sido reafirmar la pena estipulada en un primer momento. El daño material se restaura, pero el mal rato y sensaciones que pasó esa familia no se pueden devolver.