La ciencia te pide que hagas estas dos cosas para evitar que tu memoria se deteriore antes de tiempo
Diversos expertos hablan sobre cómo conservar la salud de tu cerebro
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Ilustración sobre la memoria / Carol Yepes
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La memoria es una función fundamental para tener una buena vida. Imagina no poder acordarte de ciertas cosas que son primordiales, tendría efectos nefastos en tu día a día, sin contar los verdaderos dramas que viven las personas que padecen enfermedades como la demencia o el Alzheimer. Y, como todo, al margen de esos casos extremos, este aspecto se puede 'entrenar'.
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La prevención es lo más importante en todos los ámbitos, por lo que hay que intentar adoptar buenos hábitos para intentar tener una mejor salud. En cuanto a la memoria, también hay mecanismos para cuidarla. Así lo estipula una investigación realizada por la University College de Londres y publicada en el International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, por la cual concluyeron que realizar 30 minutos de actividad física moderada o intensa y dormir al menos seis horas por la noche contribuye a una mejora del rendimiento cognitivo.
Para este estudio aportaron acelerómetros a 76 adultos de entre 50 y 83 años para monitorear sus rutinas de entrenamiento y sueño. "Encontramos dos resultados clave. En primer lugar, participar en más actividad física de moderada a vigorosa el día anterior se asoció con un mejor rendimiento de la memoria episódica y de trabajo, mientras que un comportamiento más sedentario el día anterior fue perjudicial para la memoria de trabajo", comentan los investigadores.
"En segundo lugar, una mayor duración del sueño en general durante la noche anterior se asoció con un mejor rendimiento de la memoria episódica y la velocidad psicomotora, mientras que una mayor duración del sueño de ondas lentas se asoció con una mejor memoria episódica, y una mayor duración del sueño REM (movimientos oculares rápidos) con mejores puntuaciones de atención. En conjunto, los resultados sugieren contribuciones independientes de la actividad física moderada y las características del sueño al rendimiento cognitivo del día siguiente", marcan las conclusiones de la investigación.
Los expertos hablan
El medio Surrey Live, en relación a esto, se ha puesto en contacto con diversos expertos par hablar del tema. La fisioterapeuta neurológica y directora de Workathlete, Rachael Mackenzie, les comentó que "el ejercicio mejora indirectamente la memoria al provocar un mejor estado de ánimo y de sueño, así como al reducir el estrés y la ansiedad que la perjudican". Explica que "varios mecanismos influyen directamente en la memoria al aumentar el flujo sanguíneo (y, por lo tanto, la disponibilidad de nutrientes y oxígeno) y al promover la expresión del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) en el hipocampo, la región del cerebro que es principalmente responsable de la memoria".
Steve Allder, neurólogo consultor de Re:Cognition Health secunda esto y añade que el BDNF es clave en el crecimiento neuronal: "El ejercicio estimula la liberación de BDNF, una proteína que favorece el crecimiento y la supervivencia de las neuronas y mejora la plasticidad sináptica. Este proceso fortalece las conexiones entre las neuronas, algo fundamental para el aprendizaje y la formación de la memoria". Y es que "la constancia en la actividad física mantiene elevados los niveles de BDNF y promueve mejoras a largo plazo en la neurogénesis y la plasticidad sináptica. Con el tiempo, estos procesos ayudan a construir un cerebro más resistente y eficiente, mejorando la memoria y la función cognitiva".
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Actividad de las neuronas y sinapsis / FlashMovie
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Actividad de las neuronas y sinapsis / FlashMovie
Pero no es todo, sino que este tipo de rutinas hacen que se aplaquen ciertos factores de riesgo asociados al sedentarismo que tienen mucho impacto, como señala Mackenzie. "El ejercicio tiene el doble efecto de reducir los factores de riesgo inflamatorios y cardiometabólicos asociados con un estilo de vida sedentario, que resultan en un flujo sanguíneo más deficiente al cerebro y atrofia neuronal junto con el efecto neurotrófico del ejercicio", comenta la fisioterapeuta neurológica. Pero también han apuntado sus beneficios en cuanto al sueño.
"Durante el sueño, el cerebro consolida los recuerdos, transfiriendo información de la memoria de corto plazo a la de largo plazo. El ejercicio favorece un sueño de mejor calidad: reduce el estrés, regula el ciclo sueño-vigilia y mejora las fases de sueño profundo, que son cruciales para la consolidación de la memoria", explica Allder, que además afirma que juntando ejercicio y descanso suficiente, se convierten en "un dúo poderoso". "El ejercicio mejora la capacidad del cerebro para codificar y recuperar información, mientras que el sueño garantiza que esta información se consolide y almacene de manera eficiente. Esta sinergia conduce a una función cognitiva más aguda y a una mejor retención de la memoria".