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La ciencia entra en guerra por la vuelta al bidé

Resurge su popularidad entre la comunidad científica

Bidé / frantic00

Bidé

El mundo está cada vez más concienciado con la preservación medioambiental, no solo en la sociedad, sino que dentro de la política se están implementando medidas para ello. Siempre hay contraposiciones, como con todo, pero de manera general se ha instalado el pensamiento de que necesitamos cuidar un poco más nuestro entorno cambiando ciertas rutinas... pero es que hasta la ciencia se ha pronunciado en lo más cotidiano.

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Y es que hay un aspecto que podría parecernos algo escatológico pero que entra dentro de la naturalidad del ser humano: ir al baño. Dentro de esto, hay un componente que ha sido objeto de debate por el impacto que tiene a nivel forestal, no es otro que el papel higiénico. Según recoge Euronews, se estima que, de media, en Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental una persona gasta entre 15 y 25 kg anualmente.

En este sentido, la Oficina Europea de Medio Ambiente afirma que la transformación de la madera en este producto supone un proceso contaminante al que se le añade aún más perjuicio ambiental el añadido de sustancias para el higiénico que, en varios de sus tipos, tienen hasta algunas fragancias. Sergio Baffoni, coordinador senior de campañas de Environmental Paper Network, advierte que su producción mundial aún no es alarmante, pero está creciendo, representando el 10% del total de productos de papel, aproximadamente.

Así, en la Unión Europea se han acordado medidas para limitar la venta de papel tisú, como por ejemplo poner límites a los procedentes de tierras deforestadas. Esto generó bastante debate y se ha tenido que posponer, sobre todo para que las empresas se adapten. Las grandes y medianas tienen hasta el 30 de diciembre de 2025, mientras que el plazo las pequeñas finaliza el 30 de junio de 2026. Además, ha surgido una nueva preocupación que ha llevado a buscar alternativas.

Sustancias que reviven al bidé

Hace un par de años, en 2023, la Universidad de Florida llevó a cabo una investigación por la cual se analizaron 21 marcas de papel higiénico de América del Norte, Europa Occidental, África, América Central y América del Sur tras las sospechas de que este pudieran tener sustancias perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS), conocidas como "sustancias químicas para siempre", por lo que consideró a este producto "como una fuente potencialmente importante de PFAS que ingresa a los sistemas de aguas residuales".

Un bidé y un váter.

Un bidé y un váter.

Un bidé y un váter.

Un bidé y un váter.

Por lo tanto, se ha instado a buscar alternativas y ha surgido la de la recuperación del bidé, pero en algunos países va a costar implantar su uso. El Dr. Peter Ward, profesor emérito de historia en la Universidad de Columbia Británica y autor de 'The Clean Body: A Modern History', explica que "históricamente, el bidé era un dispositivo utilizado por las prostitutas", por lo que han arrastrado una fama "bastante escabrosa".

Estaba "muy asociado con el comportamiento de algunas personas de la clase baja sexual", así que, por puros prejuicios, se dejó de lado "un aparato eminentemente práctico y sensato". Por su parte, el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés) señaló en su informe anual 'The Issue with Tissue Scorecard' que "los bidés y los accesorios para inodoros con bidé no solo reducen significativamente el uso de papel higiénico, sino que también requieren menos agua por uso que el proceso de fabricación de pañuelos de papel a partir de fibras forestales".

 
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