Lo que se hacía en un pueblo de Zamora en 1967 sería ahora para llevarse las manos a la cabeza
En la actualidad sería considerado inapropiado y peligroso
En 1967, en el pequeño pueblo de Villanueba del Puente, provincia de Zamora, se celebraba un evento que hoy en día sería impensable: un concurso de monaguillos catadores de vino. Este peculiar certamen, que formaba parte de las festividades locales, reunía a jóvenes monaguillos de la parroquia para demostrar sus habilidades en la cata de vinos, una práctica que hoy en día generaría un intenso debate sobre la idoneidad de involucrar a menores en actividades relacionadas con el consumo de alcohol.
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Dicho concurso era una tradición que se celebraba anualmente en el pueblo zamorano, coincidiendo con las fiestas patronales. La comunidad, profundamente arraigada en sus costumbres y tradiciones, veía en este evento una oportunidad para que los jóvenes aprendieran sobre la cultura vitivinícola de la región, una de las más importantes de España. Sin embargo, lo que en aquel entonces se consideraba una actividad inocente y educativa, hoy en día sería objeto de controversia y rechazo.
El concurso se llevaba a cabo en la plaza del pueblo, donde se instalaban mesas con diferentes tipos de vino producidos en la región. Los monaguillos, vestidos con sus sotanas, debían degustar y evaluar cada vino, describiendo sus características y puntuándolos según su sabor, aroma y calidad. Un jurado compuesto por viticultores y expertos locales evaluaba las descripciones y puntuaciones de los jóvenes, y al final del día se premiaba al monaguillo que demostrara mayor conocimiento y habilidad en la cata de vinos.
Fue un periodo marcado por una fuerte influencia de la Iglesia Católica en la vida cotidiana. Las parroquias jugaban un papel central en la comunidad, y los monaguillos eran figuras respetadas y queridas.
La percepción actual
El caso del concurso de monaguillos catadores de vino en Zamora es un claro ejemplo de cómo han cambiado los valores y las percepciones sociales a lo largo del tiempo. Lo que en 1967 se veía como una actividad educativa y cultural, hoy en día sería considerado inapropiado y peligroso.