Expertos señalan las 7 frutas que ayudan a curar la enfermedad del hígado graso
Este problema está mucho más extendido de lo que parece
Hay una gran cantidad de problemas de salud que están derivados de las costumbres de los lugares más desarrollados. Los hábitos de vida en estos, así como el grado de consumo de ciertos alimentos y sustancias, hacen que se extiendan más que en otros sitios que no tienen los mismos condicionantes. Uno de ellos es la enfermedad del hígado graso no alcohólico, la dolencia hepática más extendida en los países industrializados, según la AOK, empresa proveedora de seguros médicos públicos y estatutarios en Alemania.
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Esta afirmación la secunda la Fundación Alemana del Hígado, que afirma que la padecen un tercio de los adultos, consistiendo su sintomatología en un agrandamiento del hígado debido al almacenamiento de grasa en él, siendo los hombres más propensos a padecerla que las mujeres, además, afirman que "uno de cada tres niños con sobrepeso también tiene hígado graso". Su aparición suele estar relacionada con una dieta poco saludable, aunque los factores genéticos y los medicamentos también tienen su influencia.
"Las causas que suelen provocar un hígado graso combinado son la mala nutrición, la falta de ejercicio y la obesidad, el consumo excesivo de alcohol o la diabetes mellitus existente", apunta la fundación antes mencionada, y a pesar de ser "indolora", "aumenta el riesgo de otras enfermedades". Su descubrimiento suele hacerse mediante ecografías o análisis de sangre, a menudo por casualidad, tal y como cuenta la AOK, pero su cura es esperanzadora con cierto control y diagnóstico temprano: "Un hígado graso sin inflamación ni fibrosis normalmente puede retroceder tan pronto como desaparece la causa del daño".
La fruta puede ser clave
El propio proveedor de seguros médicos explica que no hay un medicamento ni un tratamiento específico, "la única terapia es un cambio de estilo de vida: perder peso, hacer más ejercicio, evitar el alcohol y no fumar". Si no ha habido daños significativos derivados; como inflamación del órgano, cirrosis hepática o hasta cáncer de hígado, curarse es más que factible atajando el problema pronto. Así, la nutrición es fundamental para este objetivo.
Los enfermos deben acogerse a una dieta baja en calorías y grasas, siendo los diabéticos los que tienen que tener un mayor control sobre más aspectos, hay que encontrar un equilibrio nutricional y hacer ejercicio regularmente. Es importante incluir en las comidas verduras y proteínas en forma de legumbres, frutos secos, huevos, aves, pescado o productos lácteos, además de aceites vegetales de alta calidad como el germen de trigo o el aceite de colza.
Pero si destacan productos alimenticios que pueden ayudar esas son las frutas. En Fuldaer Zeitung, haciéndose eco de la información de Frankfurter Rundschau, apuntan que las bajas en azúcar como albaricoques, fresas, kiwis, pomelos, frambuesas, grosellas o guindas son propicias, así como destacan que otras más ricas en glucosa deben tomarse de forma limitada, tales como uvas, piñas, plátanos, mangos y cerezas. Pero las siete mejores frutas para ayudar a curar la enfermedad del hígado graso no alcohólico son las siguientes:
- Arándanos
- Clementinas
- Paltas
- Moras
- Manzanas
- Naranjas
- Ciruelas
Se recomienda evitar frutas enlatadas azucaradas y frutos secos, así como frutas confitadas o purés de frutas. De esta forma, según la AOK, el tiempo estimado que tarda en curarse esta enfermedad depende del grado de afectación del hígado y de los hábitos que se establezcan. Con un buen control, el órgano se puede recuperar en apenas tres o cuatro semanas, pero en casos más complicados puede tardar varios meses.