Rusia amenaza con deportar a todos los ucranianos en situación irregular e incluye en su aviso los territorios ocupados en Ucrania

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha firmado un decreto este jueves que obliga a todos los ucranianos residentes en Rusia que no tengan permiso de residencia a regularizar su situación o serán expulsados a partir del 10 de septiembre. La orden tiene truco, y es que entiende el concepto de Rusia en función de la última reforma constitucional impulsada por Putin después de la invasión de Ucrania en la que se se incluye a los territorios ucranianos ocupados de Jersón, Zaporiyia, Lugansk y Donetsk como parte de Rusia. Y eso a pesar de que Rusia no controla la totalidad de estas regiones.

Por lo tanto, en la práctica Putin amenaza a los ucranianos residentes en regiones que Kiev reivindica como propias con su deportación si no cumplen con los requisitos para residir en Rusia. Son millones de personas que además están pendientes de cuál puede ser la evolución de las negociaciones entre Estados Unidos, Rusia y Ucrania que determinarán cuál es el futuro estatus de estos territorios y a qué país pertenecerán. Zelenski insiste a diario en que no reconocerá nunca la soberanía rusa, pero Putin da por hecho que las zonas ocupadas no volverán a control de Kiev.

Aunque Ucrania intenta mantener lazos con estos territorios, Rusia se ha apresurado a trasladar allí a ciudadanos rusos. Es lo que ha hecho por ejemplo en Mariúpol, una de las ciudades que han simbolizado el horror de la guerra y que está en pleno proceso de integración política, social y cultural con Rusia.

En todos los territorios ocupados por Rusia, Moscú obliga a que los residentes tengan pasaporte ruso para acceder a servicios como la sanidad, ayudas para comprar comida o agua o para tener casa. De hecho, el texto firmado hoy por Putin obliga a los "extranjeros y apátridas" que residen en estas zonas ocupadas a pasar también un reconocimiento médico antes del 10 de junio.