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Las lluvias disparan las alergias esta primavera: llegarán antes y serán más persistentes

Las primeras alergias, que normalmente llegan en mayo, se podrían adelantar a abril y prolongarse hasta principios de julio

Las temperaturas tan altas que se han registrado durante el invierno y la gran cantidad de precipitaciones que ha habido en el mes de marzo harán que el polen se mantenga más tiempo en el ambiente. / PHILIPPE HUGUEN

Las temperaturas tan altas que se han registrado durante el invierno y la gran cantidad de precipitaciones que ha habido en el mes de marzo harán que el polen se mantenga más tiempo en el ambiente.

Madrid

Este año se prevé que, con motivo de las temperaturas tan altas que se han registrado durante el invierno y la gran cantidad de precipitaciones que ha habido en el mes de marzo, el polen se mantendrá más tiempo en el ambiente, lo que puede provocar que los síntomas de la alergia sean más persistentes.

Más información

Las primeras alergias, que normalmente llegan en mayo, se podrían adelantar a abril y prolongarse hasta principios de julio. En el mapa geográfico, las zonas que más deben preocupar a los alérgicos están en Extremadura, Madrid, las dos Castillas y en las provincias andaluzas de Sevilla y Jaén.

Cambio climático, contaminación y alergia

El impacto del cambio climático en las enfermedades alérgicas es cada vez más evidente. Informes recientes señalan que el incremento de las temperaturas podría ocasionar un aumento en la producción polínica y en la cantidad de alérgenos de los granos de polen. Este fenómeno agrava síntomas en personas alérgicas y favorece la aparición de nuevas sensibilizaciones en la población general.

Los fenómenos meteorológicos extremos, como sequías, fuertes vientos, calimas o tormentas eléctricas, también desempeñan un papel clave en la dispersión de aeroalérgenos. Algunos estudios han demostrado que las tormentas eléctricas, por ejemplo, pueden fragmentar los granos de polen en partículas microscópicas que penetran con mayor facilidad en las vías respiratorias, aumentando el riesgo de crisis asmáticas graves.

“Estamos viendo cómo los cambios en el clima están generando un entorno más hostil para los pacientes alérgicos. Las temporadas de polen no solo son más largas, sino que los niveles son más elevados, lo que agrava los síntomas de los pacientes alérgicos”, explica el Dr. Darío Antolín, vicepresidente de la SEAIC y miembro del Grupo de Trabajo de Alergia sobre Medio Ambiente, Contaminación y Cambio Climático.

Recomendaciones

Los expertos insisten en la prevención y recomiendan con carácter general: un buen diagnóstico, medicación al primer síntoma, ventilar la vivienda por la mañana y por la noche. Diez minutos es suficiente.

Se aconseja no tender las sábanas en espacios exteriores, no hacer ejercicio en parques y jardines, sobre todo al atardecer, limpiar los filtros del aire acondicionado y el uso de mascarillas.

 

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