Cómo los millonarios consiguen que sus trabajadores domésticos crean que son parte de la familia para explotarlos más
Una socióloga que ha investigado durante años las condiciones de trabajo de los empleados de los ricos explica el mecanismo del que son víctimas

El precio a pagar de los empleados domésticos de los ultrarricos por sus buenas condiciones laborales: "Se sienten permanentemente en deuda"
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Madrid
La socióloga francesa Alizeé Delpierre ha estado durante años estudiando la relación entre los millonarios y sus empleados domésticos, un período en el que ha hablado con algunos trabajadores y en el que ella misma se ha infiltrado en una de estas mansiones para observar de primera mano cómo es este vínculo. A raíz de su investigación, ha concluido que "los criados forman parte de la familia, pero al mismo tiempo no son miembros de la familia".
En una entrevista realizada en A vivir que son dos días por la periodista de la Cadena SER, Beatriz Nogal, la socióloga explicó que esta relación de proximidad hace que los empleados se sientan en deuda con sus jefes, ya que "son personas que trabajan en condiciones laborales que podrían parecer estupendas: cobran sueldos altos, reciben todo tipo de regalos por parte de sus empleadores, viven en mansiones... pero, a cambio, tienen que trabajar muchísimo", argumentaba Delpierre.
El trabajo de estos criados, relata la socióloga, se convierte en "ilimitado"; han de estar disponibles "día y noche". "Se requiere que se dediquen casi por completo a la familia a la que sirven; es una forma de dar las gracias a sus jefes en una lógica de dar y recibir. El sueldo que perciben, ellos mismos lo ven como un regalo, un trato de favor, que agradecen trabajando todavía más", revelaba la francesa.
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Los jefes les hacen a sus empleados regalos "con una gran carga afectiva"
Todo ello provoca que los criados "se sientan permanentemente en deuda" con sus jefes y "alimenta su lealtad en una especie de creencia de interdependencia". En concreto, este sistema de dar y recibir se basa en que los empleados piensen: "El jefe me da un sueldo, me hace un regalo y, por tanto, yo le doy mi tiempo de trabajo. Así que mi jefe me da las gracias con una gratificación y, como he recibido una gratificación, voy a trabajar más y más, en una especie de círculo perpetuo de dar y recibir".
Delpierre describe esta situación como "una forma de explotación", ya que "los criados están, de alguna forma, encerrados en las casas porque trabajan tanto que no pueden hacer nada más que su labor. Además, el hecho de que sus empleadores les hagan regalos tiene una carga afectiva muy diferente a la de recibir dinero". Según la socióloga, "cuando los jefes hacen un regalo, lo cargan de emoción, ya que suelen ser obsequios traídos de sus viajes, de sus fines de semana o de su ámbito profesional". Esto, en esencia, contribuye a que los empleados se sientan en deuda con sus jefes y, lo más importante, se consideren "parte de la familia".

Andrés Puentes
Antes trabajaba como redactor en el equipo de Hora 25, ahora escribo sobre actualidad en la web. Graduado...