Una filóloga que lleva estudiando los insultos desde hace años desvela uno de sus favoritos: “Yo lo digo mucho”
María Méndez habla sobre los insultos más característicos de nuestra lengua

Una filóloga que lleva estudiando los insultos desde hace años desvela uno de sus favoritos: “Yo lo digo mucho”
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Madrid
El castellano está considerado como uno de los idiomas más ricos del planeta. Todo ello gracias, entre otras cosas, a su extenso vocabulario forjado a partir de siglos y siglos de historia y a los muchos sinónimos con los que dispone para referirse a prácticamente cualquier cosa. Basándonos en el Diccionario de la lengua española, elaborado por la Real Academia Española (RAE), nuestro idioma está compuesto de más de 93.000 palabras. Y a todas estas hay que añadirles las que todavía no han sido registradas por un motivo u otro, por lo que la cifra podría ser todavía más alta.
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Y entre todas estas palabras nos encontramos con un sinfín de insultos. A pesar de que en nuestro día a día usemos siempre los mismos, lo cierto es que contamos con cientos y cientos de palabras que se pueden usar a la hora de insultar. En su canción Rata de dos patas, la icónica Paquita la del Barrio nos lo dejaba bastante claro con todo tipo de ataques: "Rata inmunda, animal rastrero, escoria de la vida, adefesio mal hecho...". Una serie de insultos dedicados al que fuera su marido, Alfonso Martínez, con quien acabó de la peor de las formas.
La intención detrás del insulto
Una canción para la historia que ha animado a más de una persona a querer saber más acerca del noble arte de insultar. Una de ellas es la filóloga y doctora en lengua española María Méndez, quien ha reconocido en Hora 25 que se inspiró en el tema de Paquita la del Barrio para comenzar a investigar en torno al universo de los improperios: "Lo que queríamos investigar es por qué se insulta y con qué insultamos. Porque tú insultas en teoría para ofender, pero los insultos tienen otras posibles utilidades. Cuando tú dices con admiración ¡Qué hijo de puta!, no es un insulto. Lo que estás representando un acto de admiración. Y eso es importante".
Durante su entrevista con Aimar Bretos, la filóloga explica que es muy importante saber qué hay realmente detrás de los insultos: "Cuando enseñamos idiomas también hay que explicar ese tiempo de cosas porque sino no entienden lo que está pasando". Principalmente porque hay muchos factores que determinan la gravedad de un insulto: "No es lo mismo decir tú eres un cabrón que qué cabrón eres". Mientras que el primero de ellos tiene como objetivo faltar el respeto, el segundo busca todo lo contrario: "La sintaxis, la entonación, el alargamiento vocálico... también importan. Porque tú, cuando le llamas a alguien imbécil con esa energía, con esa pronunciación y con ese énfasis, le estás dando más fuerza a tu mensaje".
Su insulto favorito
¿Y cuál es el insulto favorito de alguien que lleva años trabajando con los mayores improperios? En declaraciones a la Cadena SER, María Méndez reconoce que le encanta papahostias: "Yo lo digo mucho". Un insulto gallego, recogido en el diccionario de la Real Academia Galega, que hace referencia a una persona que es tonta y que no entiende muy bien qué es lo que pasa a su alrededor.
Sin embargo, hay variantes regionales igual de buenas para referirse a esa persona que parece estar en otro mundo: "Tonto lo puedes decir de muchas maneras. En Valencia usan moniato y en Baleares usan cap de fava. Luego en Canarias dicen tolete o machango, en Murcia dicen tonto'l pijo, en La Rioja dicen bobochorra y en Asturias dicen faltosu.

David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología que aborda la vida digital desde otro punto...