Le cobran 480 euros por equivocarse en la reserva y compone una canción para recuperar el dinero: la respuesta del restaurante es para verla
Irene se equivocó al reservar en un restaurante y le cobraron por la cancelación, pero consiguió recuperar el dinero gracias a su ingenio

La confusión en la reserva de un restaurante que ha dado la vuelta a España
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Muchos restaurantes se han cansado de que algunas personas reserven una mesa para varios y luego no aparezcan sin avisar, o incluso que cancelen a pocos minutos de que tengan la reserva. Esta técnica llamada 'no show' está siendo fuertemente penalizada por algunos establecimientos que cobran al que ha puesto la tarjeta un cargo simbólico como castigo por no presentarse al restaurante.
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A la hora de reservar, a cualquiera le puede pasar que se equivoque de restaurante y llame a otro lado por error, aunque pocas personas habrán tenido una confusión tan dolorosa como Irene Llorca, una creativa copywriter de 32 años que, al intentar reservar en la taberna madrileña de La Mina, en el barrio de Chamberí, acabó reservando una mesa para seis personas en el Mina de Bilbao, un restaurante con una estrella Michelin y un menú que ronda los 150 o 200 euros.
La joven, que quería reservar en el restaurante madrileño por el reencuentro de su grupo de amigos de un intercambio que hizo en Taiwan cuando estaba en la Universidad, se equivocó al buscar en Google el sitio y acabó reservando en un Estrella Michelin de Bilbao. Al llegar a la Taberna La Mina, los trabajadores le indicaron que no había ninguna reserva a su nombre y que, además, el sitio estaba lleno, así que no podían cenar ahí.
Esa no fue la única sorpresa, ya que el prestigioso restaurante bilbaíno le cobró un cargo de 480 euros (80 por persona), por no presentarse a la reserva. La política de cancelación del restaurante está publicada en su página web y es muy clara: "En caso de cancelar con menos de 24 horas de antelación, se realizará un cargo de 80 euros por comensal en la tarjeta de crédito que nos haya facilitado".
Cuando Irene vio que no solo se había equivocado, sino que encima le cobraron por hacer un 'no show', llamó varias veces al sitio tratando de dar pena para que le devolvieran el dinero explicando que era todo un malentendido. Como en el restaurante eran impasibles a sus quejas, decidió algo mucho mejor: componer para ellos una canción hecha con Inteligencia Artificial para tratar de convencer a los clientes de que se presenten a las reservas o avisen con la suficiente antelación como para poder arreglarlo.
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Un 'win-win' de manual
Unos días después de que la Cadena SER, a través del periodista Carlos G. Cano, se hiciera eco de esta historia publicada en ElHuffPost, Irene y la jefa de sala del restaurante Mina de Bilbao han podido contar en 'La Ventana' las distintas versiones de esta historia que, pese a todo, ha tenido un final feliz. La creativa ha indicado en el programa de Francino que intentó explicar al local que ella no era de esas personas que hacen una reserva y no aparecen.
Irene ha contado que compuso la canción para tomarselo con humor. "Bueno, si no me devuelven el dinero me quedo con la anécdota. Les he hecho reír, me he reído yo y todos contentos", ha indicado en el programa de la SER, donde ha contado que el restaurante vasco ha terminado apiadándose de ella con una campaña colaborativa en Instagram para concienciar sobre el daño que provoca en los restaurantes hacer un 'no show'.
Además de la protagonista de esta curiosa historia, la jefa de sala del Mina de Bilbao, Lara Martín, ha entrado en directo en el programa de la SER para contar la versión del restaurante, que se limitó a seguir el protocolo de atención de 'no show'. "Escuece mucho en los restaurantes que son muy frecuentes y normalmente al otro lado del teléfono suele haber gente bastante borde o que inventa unas historias tremebundas para evitar este cobro, pero el caso de Irene era diferente", ha comentado Martín en 'La Ventana'.
Después de que Irene insistiera ante el maître y la responsable de reservas, su llamada llegó a ella, a lo que la jefa de sala se limitó a advertirle de que no había nada que hacer porque se trataba de la penalización por no acudir a una reserva en la que ha trabajado todo el personal con ocho menús degustación vacíos. Desde ese momento, Irene se sintió arrepentida y se dio cuenta de la que había liado, por lo que pidió perdón, escribió una canción y se ofreció a hacer fotografías del restaurante o cualquier trabajo creativo que necesitaran.
Martín reconoce que desde el primer momento pensó que el caso era "diferente", y aunque todo el equipo le dijera que le había "ablandado", la jefa de sala explicó que se apiadaba de ella porque quería hacer algo genuino para recuperar el dinero perdido por el despiste."El final feliz del todo de esta historia tiene que ser que un día Irene, cuando se lo pueda permitir, pueda viajar a Bilbao y estar en vuestro restaurante", ha comentado Francino sobre la situación, que ha rematado asegurando que igual por los derechos de autor que cobre por la canción, igual puede permitirse un menú degustación en el Mina de Bilbao.


Miguel Galindo
Escribo sobre actualidad en la web de la SER desde 2023. Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual...