¿Por qué insultamos tanto cuando conducimos? Una filóloga revela que hay una razón de peso
La filóloga María Méndez confiesa en 'Hora 25' que es un mecanismo similar al de llorar

¿Por qué insultamos tanto cuando conducimos?
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Madrid
Insultar es algo que sale prácticamente solo en muchos momentos cotidianos. Ya sea contra alguien en una discusión acalorada, contra uno mismo al darte cuenta de que has hecho algo mal, o contra la nada, solo por soltar. Para María Méndez, filóloga que ha investigado el uso del insulto en España, "insultar implica ofender", si no hay ofensa, no hay insulto: "Cuando tú a alguien le dices con admiración qué '¡hijo de puta!' no es un insulto, estás haciendo un acto de admiración". Insiste la experta en que estos matices lingüísticos son importantes cuando se aprende un idioma: "Si no se explica, no se entiende lo que está pasando, no saben que eso no es un insulto, sino un símbolo de admiración suprema", ha insistido en 'Hora 25'.
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Méndez ha explicado por qué insultamos con tantas ganas cuando vamos al volante. "Es un mecanismo de regulación emocional. Como cuando lloras. Cada uno regula como buenamente puede. Tenemos unas vidas estresadas, estamos oprimidos por el trabajo, vamos corriendo como pollo sin cabeza de un lado para otro. Y a veces insultas porque es el momento en el que puedes ser más primitivo y no pasa nada. Lo haces con las ventanillas subidas con la esperanza de que nadie te escuche", ha explicado la experta
Los insultos no solo se dan con una palabra, si no que insultamos de forma simbólica: "Si estamos en una reunión y tú no hablas con una persona pero sí con todos los demás, la estás insultando de alguna manera", ha matizado Méndez, que, en su investigación, ha registrado más de 8.000 insultos: "Podéis insultar lo que queráis, ¡viva los insultos!, es vocabulario y son muy bonitos, a parte de muy creativos", ha insistido.
La filóloga ha querido hacer hincapié en que la utilización de ciertas palabras puede demostrar nuestra ideología o forma de pensar: "Cuando tú dices maricón como insulto, te estás retratando como homófobo, es muy feo, es muy despreciativo, porque además tú crees que la homosexualidad es algo negativo, si no no lo usarías como insulto", ha matizado.
También ha explicado que hay una ligera diferencia entre los insultos realizados por los hombres y por las mujeres. A pesar de que tienden a ser cada vez más similares, los hombres recurren mucho más a términos como 'payaso' que las mujeres. Esto en países occidentales, porque "si esta pregunta la hacemos en Irán o Japón donde está todo segregado por género", ha puntualizado Méndez, las respuestas son diferentes: "No está permitido para las mujeres insultar y además hay insultos que se consideran muy masculinos. Entonces una mujer no debería decirlos si no quiere que la sociedad piense cosas de ella", ha explicado la filóloga.

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