Con mareos, congelado y una preocupante lesión de muñeca: Vingegaard vive un calvario en la quinta etapa de la París-Niza

La París-Niza ha sufrido un vuelco imprevisto en una jornada de jueves que incluso ha hecho peligrar las aspiraciones de Jonas Vingegaard en la temporada. El gran favorito al título partía en esta quinta etapa portando el maillot amarillo de líder, pero una fuerte caída le ha despojado del privilegio y quién sabe si algo más. Porque el danés, después del percance, sacó fuerzas de flaqueza para alcanzar la línea de meta aun con serias dificultades.

Tiró de épica Vingegaard para completar el trayecto, aunque su delicada situación fue más que notable nada más finalizar. Durante el reencuentro con su equipo, sus gestos de dolor fueron más que evidentes. Quedó pendiente de pruebas médicas su estado de salud, aunque las impresiones del propio ciclista al concluir la etapa dieron la voz de alarma.

Helado a la llegada, como recogió la retransmisión de Eurosport, Vingegaard confirmó a sus compañeros el calvario que sufrió y sus malísimos presagios de cara al futuro. Primero fue Matteo Jorgenson, compañero en Visma y quien asumió el nuevo liderato, el que desveló su alarmante intercambio de palabras. Sobre la mesa, el temor de haber sufrido una fractura de muñeca que le obligaría a perderse las próximas citas del curso.

Tras ello fue su también compañero Victor Campenaerts quien rescató nuevos obstáculos de Vingegaard en una fecha para olvidar. Para colmo, los dolores por la caída le provocaron unos mareos contra los que tuvo que combatir en los últimos kilómetros. Se dolía ostensiblemente de la muñeca izquierda, aunque las cámaras de la retransmisión también captaron heridas en la zona de la sien y otra herida en el labio. Visto lo visto, los 30 segundos que se dejó por el camino resultaron el menor de los males.