Aimar Bretos: "Es una salvajada expulsar migrantes a países que no han pisado en su vida, aunque Bruselas lo llame 'solución innovadora"
Europa cogiendo a una persona que tiene su dignidad y sus derechos y mandándola a un país que no conoce, con el que no tiene ningún vínculo, pero que acepta a esos migrantes obviamente a cambio de pasta

Madrid
Llevamos tiempo lamentándonos de que los partidos moderados le están comprando el marco mental -el marco ideológico- a la extrema derecha. Pero hoy hemos visto un ejemplo salvaje de esto. Y tiene que ver con la inmigración. Los países europeos se topan muchas veces con que cuando quieren devolver a su país a una persona a la que van a deportar, ese país -el país de origen- se opone. Generalmente, porque esos países no quieren saber nada de volver a recibir a sus nacionales que se fueron y que estaban mandando buenas remesas de dinero a sus familias. Entonces, hay países a los que es prácticamente imposible deportar a un migrante. Porque no puedes coger, meterlo en un avión y dejarlo allí si ese país no quiere. Los países que aceptan a sus migrantes deportados, habitualmente es porque reciben unas cantidades de dinero grandes en programas de cooperación o de lo que sea. Pero son la excepción. Según los cálculos europeos, solo un 20% de los migrantes con órdenes de devolución termina volviendo a su país.
Por lo tanto, Europa se enfrentaba al dilema de qué hacer con esos migrantes que están de forma irregular en territorio comunitario, o a los que se les ha rechazado el asilo... pero a los que no puede deportar al país del que vienen, en el que nacieron, porque ese país no los acepta de vuelta. Entonces Europa tenía dos opciones.
Una: reforzar la diplomacia europea para conseguir más acuerdos bilaterales con los países de origen para diseñar programas de deportación dignos, a base de incentivos que sirvan para mejorar también esas sociedades y, mientras tanto, fomentar aquí en Europa una inclusión efectiva. Esa era opción. De hecho, era la única opción que estaba a la altura de los estándares y valores que decimos representar los europeos. Pero había otra opción. Que es coger y plagiar lo que están haciendo los ultras.
Autorizar a los países europeos a que, ya que no pueden mandar a estas personas a sus países de origen, que se las quiten de encima mandándolas a otros países. Países terceros. Aunque esa persona no sea de ese país ni haya pisado ese país en su vida.
Europa cogiendo a una persona que tiene su dignidad y sus derechos... y mandándola a un país que no conoce, con el que no tiene ningún vínculo, pero que acepta a esos migrantes obviamente a cambio de pasta. Y los van a meter allí en campos que llaman "centros de deportación". Pero lo que nadie nos sabe contestar a esta hora es hasta cuándo van a estar esas personas ahí, en esos campos en países que no son el suyo. ¿Hasta que el suyo los acepte? ¿Hasta que ese país intermedio se canse y los libere ahí vete tú a saber dónde? ¿Bajo qué garantías?
Esto es una salvajada. La Comisión lo llama "soluciones innovadoras". Pero esto es una salvajada. Van a dejar fuera de esas expulsiones a terceros países. A los niños no se les podrá mandar a países con los que no tengan nada que ver. Es un detalle.
Todo esto forma parte de la propuesta de la Comisión Europea, que ahora tiene que pasar por el Parlamento Europeo y por el Consejo Europeo. Pero viendo que esto lo ha presentado el comisario europeo de interior, Magnus Brunner, que es del PP austriaco... y dado que la derecha en todas sus gamas Pantone es mayoritaria en el parlamento europeo y en el consejo, pues no solo lo van a votar, sino que lo van a aplaudir.
O sea, ya no nos basta solo con haber restringido tantísimo las política de asilo hasta convertirla en algo tan rígido que deja fuera a casi cualquier persona que no responda al patrón de víctima que nosotros concebimos de los tipos de persecución que nosotros concebimos en los países que nosotros predefinimos; es que ahora, a los que no podamos devolver a su país, los vamos a mandar a países que no hayan pisado en su vida.
Nunca ha existido una definición concreta de qué son los valores europeos, pero podemos estar más o menos de acuerdo en que, sean que lo que sean, se cimientan sobre priorizar la dignidad de las personas por encima de cualquier objetivo. Y podemos estar también de acuerdo en que... el reglamento presentado hoy es explosivo de demolición para esos cimientos.
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"Es una salvajada expulsar migrantes a países que no han pisado en su vida, aunque Bruselas lo llame 'solución innovadora"