"Si hubiera interés político, podríamos acabar con estas redes sociales": un experto en Supercomputadores denuncia la acumulación de poder de las tecnológicas

Madrid

El Centro Nacional de Supercomputación, también llamado Barcelona Super Computing Center (BSC), ubicado en Barcelona, celebra en 2025 20 años de trayectoria como uno de los referentes mundiales en investigación y desarrollo tecnológico. Desde su creación en 2005, este centro ha sido el hogar de más de 80 grupos de investigación que trabajan en proyectos que abarcan desde la lucha contra el cambio climático hasta la medicina personalizada, pasando por la inteligencia artificial y la computación cuántica.

Dirigido por Mateo Valero, doctor en Ingeniería de Telecomunicaciones y uno de los nombres más destacados en el ámbito de la arquitectura de computadores, el BSC ha logrado posicionarse como un actor clave en el panorama científico europeo. Su supercomputador más reciente, el MareNostrum 5, representa una inversión de más de 200 millones de euros, incluyendo los costes de energía para los próximos cinco años. Este gigante tecnológico no solo es una herramienta para la investigación académica, sino también un motor para la transferencia de conocimiento a sectores como la salud, la logística y la energía. Valero se ha pasado por La Ventana a propósito de la cifra redonda de 100 revolucionarios que ha traído al programa para contar la tecnología que viene.

El BSC está ubicado en una antigua capilla del convento de Torre Girona. "Si pones juntas a la tecnología y Dios, la cosa funciona mejor", ha comenzado diciendo entre risas Valero. Este entorno alberga a cientos de científicos que trabajan en proyectos de alto impacto social. Uno de los ejemplos más destacados es el desarrollo de gemelos digitales del corazón, liderado por el 'spin-off' Elem Biotech.

Esta tecnología permite simular el comportamiento del corazón humano para evaluar fármacos y efectos secundarios sin necesidad de pruebas en pacientes reales. "Son las máquinas más rápidas del mundo. La Inteligencia Artificial ha revolucionado el mundo y nos sorprende hasta a los que estamos ahí. Se desarrollan gemelos digitales, representaciones digitales de aquellas partes físicas que queremos emular. El reto humano más importante es hacer un gemelo digital del ser humano. Necesitamos colaborar con médicos y hospitales para esto", ha explicado.

La pandemia del COVID-19 también puso de relieve el papel crucial del BSC. Durante la crisis sanitaria, el centro contribuyó con simulaciones y análisis de datos para entender mejor el virus y acelerar la búsqueda de tratamientos. Además, su colaboración con empresas como Mitiga Solutions ha permitido avanzar en la predicción de catástrofes naturales, un área clave en la lucha contra los efectos del cambio climático.

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El BSC ha apostado por la computación cuántica, una tecnología que promete revolucionar sectores como la criptografía, la optimización de procesos y la simulación molecular. Según Valero, esta tecnología podría resolver problemas que hoy son inabordables para los ordenadores clásicos, a pesar de que, como asegura, es una tecnología muy problemática y en pañales. "Es una tecnología que está en el invierno polar. Tiene problemas graves, difíciles de resolver, sobre todo de ingeniería. Solo podrá resolver una parte pequeña de nuestros problemas, pero en aquellas cosas en las que nos sustituyan, serán únicas", ha explicado el investigador.

¿Está Europa preparada para la guerra tecnológica?

En el ámbito de la inteligencia artificial, el centro ha sido seleccionado para albergar una de las siete fábricas europeas de IA. Este proyecto, financiado por la Unión Europea, tiene como objetivo desarrollar herramientas de IA avanzadas que sean éticas, transparentes y accesibles para todos los sectores. Valero destaca la importancia de regular esta tecnología de manera equilibrada, evitando tanto la sobrerregulación como la falta de control. "Ceder el control a estos magnates es la aberración más grande que hemos cometido. Nos han hecho esclavos sin haber dado batalla. No hay derecho a que tengan todo cuatro niñatos. El problema es muy grave. Si no lo controlamos, es peligroso. Es increíble que hayamos decidido ser felices a costa de perder la libertad", ha afirmado Valero sobre la carrera tecnológica y la acumulación de datos y poder de multimillonarios como Elon Musk, Jeff Bezos o Marck Zuckerberg.

Uno de los desafíos actuales del BSC es reducir la dependencia tecnológica de Europa en el diseño y fabricación de chips. La escasez global de semiconductores ha evidenciado la necesidad de desarrollar capacidades propias en este ámbito. "La alternativa es la sociedad y la educación. La alternativa no es lo que está haciendo Europa controlando. No podemos ser árbitros en un partido donde no hay jugadores. Si hubiera interés de los políticos, podríamos acabar con estas redes sociales. La IA no existiría sin chips muy rápidos y poderosos. Por eso, la batalla más grande que tiene Estados Unidos con China es por esos chips. En Europa ni diseñamos ni fabricamos, así que somos muy dependientes tecnológicamente hablando. Nuestra manía en el BSC es que esto tiene que cambiar. Queremos competir con NVIDIA, que tiene el doble de valor de nuestro PIB", ha explicado el investigador acerca del papel incipiente de Europa en esta guerra tecnológica mundial.

El centro está trabajando en el diseño de arquitecturas de computadores más eficientes energéticamente, un factor clave en un mundo cada vez más digitalizado. "La IA es un arma de doble filo. Estos modelos como ChatGPT o Gemini dependen de los datos de la red y la finalidad. Leen todo, nos toman todos los datos y su único objetivo es hacer mucho dinero. Nosotros queremos hacer modelos como esos pero para hacer mejor investigación, no para molestar a la gente. Es nuestro reto más grande", ha finalizado Valero.