Aimar Bretos: "El auto de la jueza es dinamita para el gobierno de Mazón. Nunca habíamos leído una atribución tan explícita de las responsabilidades"
Aimar Bretos desgrana el auto en el que la jueza de la DANA imputa a Salomé Pradas y a Emilio Argüeso
Madrid
La jueza que investiga las muertes por la DANA le ofrece a Carlos Mazón la posibilidad de declarar de forma voluntaria, porque -como está aforado- esta jueza no puede imputarlo directamente. Le ofrece declarar voluntariamente en las mismas condiciones que un investigado. A quienes sí imputa la jueza es a la exconsejera de interior y emergencias, Salomé Pradas, y al exsecretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso.
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Aimar Bretos: "El auto de la jueza es dinamita para el gobierno de Mazón. Nunca habíamos leído una atribución tan explícita de las responsabilidades"
Y el auto en el que lo anuncia es dinamita para Mazón y su gobierno. Porque les responsabiliza directamente de haber avisado tarde y mal a la población y de todo lo que eso provocó. Y porque la jueza echa por tierra la teoría de que los organismos estatales no dieron la información de lo que estaba pasando. La jueza deja claro que la AEMET avisó y que la Confederación Hidrográfica avisó.
Dice la jueza: "El problema residiría, no en la ausencia de información, porque la había sobrada al alcance de los responsables, sino en el hecho de que ante dicha información, o bien se ignorara la misma, o no se comprendiera su alcance (lo que resultaría igualmente grave) o no se tomaran las decisiones pertinentes por quien tenía el poder de decisión".
Son frases literales del auto: "Correspondía a las autoridades autonómicas alertar a la población, acordar las medidas pertinentes en el ámbito de protección civil, garantizar y minimizar las consecuencias de los efectos de unas precipitaciones que produjeron una sucesión trágica de fallecimientos. Ello constituye precisamente el fundamento de la negligencia con relevancia penal, la imprudencia grave. El anuncio de las precipitaciones que hacía previsible las gravísimas consecuencias, provocando muertes, con una inactividad patente de la administración autonómica. La atribución de dichas funciones a la administración autonómica, y por ende a los cargos y autoridades que ejercían sus funciones, los convierte en garantes de que no se produjeran los fallecimientos referidos".
Esto lo dice la jueza, en un auto en el que menciona por su nombre y apellidos a los 225 muertos y 3 desaparecidos.
Y va a más la jueza: "No era preciso solicitar la declaración de emergencia nacional. Simplemente, tomar la decisión de avisar a los ciudadanos que podían verse afectados. La instrucción habrá de determinar las causas de por qué no se indicó a la población que se resguardara subiendo a zonas altas. Eso hasta el momento no resulta explicable, no solo para los familiares de los fallecidos, sino para esta juez instructora".
Dice la jueza: "el aviso a las 20:11 horas fue tardío y erróneo. La convocatoria del CECOPI se llevó a cabo con una gran demora. Las previsiones meteorológicas debieron llevar a una convocatoria del CECOPI ya en la mañana del 29 de octubre, al objeto cuanto menos de avisar a la población. En cualquier caso, el CECOPI es un órgano de coordinación entre administraciones, así lo indica su propio nombre. Ello es completamente independiente con las decisiones que se puedan tomar en el ámbito de protección civil por quien ostenta no solo la competencia exclusiva, sino la posibilidad de llevar a cabo la comunicación a la población de las medidas de protección".
Por lo tanto, el auto de la jueza es muy crudo. Es durísimo para los del gobierno de Mazón, porque nunca antes habíamos leído una atribución tan explícita de las responsabilidades de haber evitado las muertes aquella tarde noche.
El PP ha leído esta tarde el mismo auto que todos nosotros. Y, por tanto, sabe que cualquier intento por seguir mareando la perdiz con que todos fallaron, que todos lo hicieron mal, que los organismos estatales no avisaron y no sé qué historias más el PP sabe que eso ya es mera literatura autoexculpatoria que se desvanece por absurda cuando uno lee este auto de la jueza.
Así que Feijoo tiene que decidir: si se pone del lado de aquellos a los que les parece escandalosa la dejación de responsabilidades que describe la jueza o si sigue protegiendo políticamente a quienes cometieron esa dejación de responsabilidades que describe la jueza.
