Europeos decididos

Madrid

Esta cumbre de la Unión Europea es importante. Supone un suma y sigue de las distintas conferencias, en París, en Londres, en Kiev… para encontrar una respuesta a la pregunta de ¿Qué hacemos? Qué hacer precisamente ahora, cuando el jefe del mundo liberal-democrático y se entrega a los intereses del déspota Putin. Y abandona a la invadida Ucrania de la forma más brutal, cortando todos los suministros y apoyos.

Esta cumbre es importante porque fragua una mayonesa de muy amplio consenso sobre los principios a defender. Y aborda algunos instrumentos, militares y financieros. Concretos. Entre estos, los europeos se comprometen a proseguir con su ayuda defensiva y civil al país resistente; prometen “explorar” el envío de una fuerza armada, al estilo de operaciones de mantenimiento del orden como las realizadas contra los piratas en el Indico; acogen la propuesta de la Comisión de contratar un préstamo de 150.000 millones de euros –de dinero fresco-- para financiar los esfuerzos de sus miembros; y establecen una lista de material en la que los ucranianos van flojos y nosotros también, o sea, donde hay que invertir. Es decir, hay medidas y habrá dinero: se trata de cosas serias, no de palabrería. Y como tales cosas serias afectarán de una u otra manera a todos los ciudadanos.

Algunos pensamos que antes que gastar más (ya gastamos tanto como Rusia) hay que invertir mejor: o sea, evitando duplicidades intraeuropeas en la fabricación de tanques, aviones o misiles. También echamos en falta ideas para compensar la retirada del espionaje y control aéreo norteamericano que ayudó a la resistencia a acertar dianas.

Pero lo más decisivo es que Europa ha decidido no quedarse quieta. Esto tiene un valor incalculable. Porque la Unión es una potencia en muchos órdenes (económico, comercial, de investigación), y muchas de sus actividades pueden incrementar rápidamente su potencial defensivo. Toca que se ponga las pilas. Con todos nosotros.