Así es como uno de los mayores bulos de la historia acabó con uno de los astrólogos más famosos
La noticia falsa consiguió matarle

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Las fake news no son una cosa de la era de Internet. La prueba de ello es la capacidad que tuvo el escritor irlandés Jonathan Swift, autor de la conocida novela 'Los viajes de Gulliver', para hacer creer a toda una población de la muerte de uno de sus enemigos. Para conocer la historia, hay que viajar hasta el año 1708, concretamente hasta el 11 de enero.
Swift tenía enfilado a un astrólogo, John Partrigde, que se había labrado la fama en su tiempo y que también se dedicaba a publicar almanaques, donde anualmente recogía las predicciones para ese año. El escritor decide publicar en su propio almanaque de ese año que el astrólogo, al que tacha de farsante, que va a morir, atreviéndose a predecir la fecha concreta. “...Yo pronostico solemnemente que ese vulgar escritor de almanaques llamado Partridge, cuyas predicciones son siempre vagas, imprecisas y erróneas, morirá exactamente el 29 de marzo, por lo que le recomiendo que ponga sus asuntos en orden”, leía su escrito.
"Un astrólogo de poca monta"
Jonathan Swift fue muy astuto y publicó su almanaque bajo un seudónimo, Isaac Bickerstaff, para que no pudieran relacionarle con la diablura. La invención de Swift tuvo una gran repercusión y se convirtió rápidamente en la comidilla de los mentideros de la Irlanda de aquella época. El astrólogo vilipendiado no tardó en responder a ese tal Bickerstaff, asegurando que se trataba de una "un astrólogo de poca monta", que solo se había inventado su muerte para ganar algo de popularidad.

Jonathan Swift y su mordaz visión del mundo
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En SER Historia, Jesús Callejo ha adelantado las manillas del cronovisor, avanzando hasta el 29 de marzo de ese 1978 para contar que, como era de esperar, John Partrigde no murió ese día como había predicho Swift. Sin embargo, esto no desalienta al escritor irlandés a publicar una nueva misiva anónima, confirmando su fallecimiento a las siete de la tarde, tras varios días enfermo. Los periódicos y editores creyendo el relato de esta carta y difundieron la noticia por toda la sociedad.
Aunque John Partrigde se apresuró a desmentir su propia muerte, de poco sirvió porque la repercusión del bulo fabricado por Swift fue de tal magnitud que ya nadie creyó lo que afirmaba en su carta. Apareció como muerto en el registro oficial, provocando que, a partir de ese momento, su carrera cayese en picado. Nunca más volvió a publicar un almanaque.