Un estudio concluye que el calor extremo acelera el envejecimiento de las personas mayores
Las personas que experimentan más días de calor intenso muestran un envejecimiento más rápido a nivel celular que los residentes de regiones más frías, aseguran investigadores de la USC
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Una mujer se refresca con abanico y ventilador. Getty Images / Miguel Ángel Flores
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"La mayor exposición a temperaturas extremas podría acelerar el envejecimiento biológico en adultos mayores". Es la conclusión principal de este trabajo de la Escuela de Gerontología Leonard Davis de la Universidad de California que pone, de nuevo, el foco en los efectos del cambio climático y las olas de calor en nuestras salud a largo plazo y -sobre todo- en el envejecimiento de nuestros tejidos a nivel molecular que provocan las altas temperaturas.
La profesora Jennifer Ailshire es la autora principal del estudio que ha seguido a 3600 mayores de 56 años en distintas zonas de Estados Unidos, un país con mucha variación térmica entre estados. Señala que "las personas que residen en vecindarios con más días de calor extremo presentan, en promedio, un mayor envejecimiento biológico en comparación con quienes viven en zonas más frescas".
Más información
La "edad biológica" de una persona, su envejecimiento, no tiene que ser necesariamente la misma que su edad "cronológica". La segunda se mide por medio del simple paso del tiempo que ha pasado desde que nacemos. Si tienes 12 años es porque han pasado 12 años desde aquel día. Sin embargo, la biológica se calcula a nivel celular y tiene que ver con cómo nos hemos cuidado, con factores externos a los que estamos expuestos, con cómo se han desgastado nuestros tejidos y órganos. De hecho, una edad biológica superior a la cronológica se asocia con un mayor riesgo de enfermedades y mortalidad. Y aunque el calor extremo se ha vinculado previamente con efectos negativos para la salud, incluido un aumento en la tasa de mortalidad, su relación con el envejecimiento biológico no estaba clara hasta ahora.
Así cambia nuestro cuerpo
Ailshire y su equipo han analizado la evolución de la edad biológica de todos los participantes durante 6 años. Se tomaron muestras de sangre en varios momentos de este periodo para detectar "modificaciones epigenéticas", es decir, cambios en la expresión de los genes sin alterar la secuencia del ADN.
Las modificaciones epigenéticas son variaciones que deciden qué genes se activan o desactivan en las células. Y en muchos casos, están directamente ligadas a factores ambientales como la alimentación, el estrés o la exposición al calor. Uno de los mecanismos más estudiados de este tipo es la metilación del ADN, donde se añaden grupos a ciertas partes del ADN, afectando su actividad.
Para estimar la edad biológica de cada participante, los investigadores recurrieron a "relojes epigenéticos", herramientas matemáticas que analizan patrones de metilación. Posteriormente, compararon como había cambiado la edad biológica de cada paciente con los registros de calor y humedad por zonas del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos entre 2010 y 2016. "La combinación de calor y humedad es clave, especialmente en adultos mayores, ya que con la edad se reduce la capacidad del cuerpo para enfriarse mediante la sudoración", recuerdan los autores. Para entender realmente el peligro, "hay que evaluar tanto la temperatura como la humedad de cada zona", concluyen.
Los resultados
La conclusión de este trabajo es que hay una relación significativa entre lo que le pasa a los mayores en barrios que sufren más días de calor extremo. Se produce un "aumento acelerado" en la edad biológica de sus habitantes. Además, para que no haya dudas, el estudio aclara que "esta correlación persiste incluso después de considerar variables socioeconómicas, demográficas y factores de estilo de vida como la actividad física, el consumo de alcohol y el tabaquismo".
Un ejemplo: Los participantes que residen en zonas con temperaturas elevadas la mitad del año, por ejemplo los de Phoenix, Arizona, experimentaron hasta 14 meses adicionales de envejecimiento biológico en comparación con quienes viven en lugares con menos de 10 días de calor anuales. Es como si su edad fuera algo más de 1 año superior en los primeros que en los segundos.
El estudio también señala que "los cambios epigenéticos inducidos por el calor pueden manifestarse rápidamente y acumularse con el tiempo". Es decir, cuantos más episodios de calor viva la persona, más se producen, más se suman a los anteriores.
Implicaciones del cambio climático en la salud de la población
Siempre que hay una ola de calor en España o en cualquier sitio, se avisa en primer lugar a enfermos crónicos y a personas mayores porque la evidencia científica dice que son especialmente vulnerables a las altas temperaturas.
Los hallazgos de este estudio, señalan los autores, "deben impulsar a responsables políticos, urbanistas y arquitectos a incluir estrategias de mitigación térmica en el desarrollo urbano". Hablan de cuestiones tan básicas como "diseñar aceras y paradas de autobús con sombra hasta plantar más árboles y aumentar los espacios verdes en las ciudades" Ailshire termina señalando que "con el aumento global de las temperaturas y el envejecimiento de la población, es fundamental desarrollar estrategias más inteligentes para mitigar todos estos efectos que prueba nuestro estudio".
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Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...