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Oscars 2025 | Coralie Fargeat: así es la única directora nominada y creadora del fenómeno fan del año, ‘La sustancia’

La autora francesa ha dejado huella con una película de body horror que ha puesto a Demie Moore a generar memes por internet y que critica el trato al cuerpo de las mujeres en la sociedad

Coralie Fargeat, en la fiesta de nominados de los Bafta en Londres (Photo by Scott Garfitt/BAFTA via Getty Images) / Scott Garfitt

Coralie Fargeat, en la fiesta de nominados de los Bafta en Londres (Photo by Scott Garfitt/BAFTA via Getty Images)

Madrid

Ni en sus mejores sueños, la francesa Coralie Fargeat, hubiera imaginado que este último año se lo iba a pasar volando de París a Los Ángeles, dando entrevistas por medio mundo, y viendo su película convertida en meme en las redes sociales. "Lo de los memes ha sido una locura total", dice la directora de La Sustancia, sin duda, una de las películas del año, que ha conseguido cinco nominaciones a los Oscar, premio de guion en Cannes y estar en el imaginario colectivo de todo el mundo.

"La primera vez que te das cuenta que tu película está en Internet, aunque no debería estar ahí, es una sensación difícil, lo tengo que reconocer, porque quieres que la gente la vea en el cine. Desafortunadamente, hoy en día no hay forma de escapar de eso. Lo que creo que es interesante de este proceso es que esos memes han hecho, de alguna manera, que la gente quiera ir a los cines y verla", explica Fargeat sobre ese fenómeno creado con gente disfrazada y maquillada de manera similar a los personajes de la película. "Se han apropiado de ella, porque realmente la película pertenece al público. Ha sido una alegría descubrir eso y entender que la película ha removido las tripas a la gente. Para mí eso es lo más fuerte, que además no puedes controlar, simplemente surge".

El mejor disfraz de Halloween ha sido, sin duda, el abrigo amarillo de Demie Moore, protagonista de la película, o una camiseta con una gran cicatriz en la espalda, como suele aparecer la veterana actriz en el filme, o el pintalabios rojo corrido, otra de las imágenes, ya icónicas de esta película que, desde el género, habla de temas que afectan a las mujeres y, por ende, a toda la sociedad. "La película es una metáfora de lo que creo que viven todas las mujeres, que es soportar que juzguen siempre tu apariencia, con respecto a tu edad, a tu cuerpo sexualizado, a tu aspecto", nos contaba en Madrid.

Fotograma de The Substance

Fotograma de The Substance / cEDIDA

Fotograma de The Substance

Fotograma de The Substance / cEDIDA

El punto de partida del filme es el siguiente: Demi Moore interpreta a una famosa estrella de la televisión, que cada mañana dirige una clase de aeróbic en vivo y en directo, pero a la que despiden, porque ha cumplido los cincuenta, es vieja y los ejecutivos quieren carne fresca. Así que decide someterse a un nuevo y secreto experimento, la sustancia, una especie de bótox que se inyecta y que la convierte en una versión mejorada de sí misma: más joven, más tersa, más delgada, más fuerte. El problema es que la sustancia solo hace efecto siete días seguidos, luego hay que volver al cuerpo original para descansar una semana antes de volver a darse el pinchazo. Digamos que la versión más joven es en semanas alternas. Y además, hay problemas, pues versión joven también se rebela.

En su anterior trabajo, Revenge, la directora ya convertía una casa en medio del desierto en un baño sangriento de violencia, donde una mujer hipersexualizada se vengaba de su violador. Con ese currículum, convenció a Demie Moore, que podría ganar su primer Oscar gracias a este papel, su gran regreso al cine a los sesenta años. Toda una declaración de intenciones que la actriz de Streptease, machacada como todas las mujeres del Hollywood de su generación por su físico, salga aquí con un precioso y sincero desnudo, algo poco habitual en el cine cuando has superado los cuarenta.

"El mundo hollywoodiense de la película es el símbolo que me permite explorar las cosas que pienso. Todas las mujeres pasan por lo mismo, pero es cierto que un ambiente donde la imagen está en el centro", aseguraba sobre las conexiones de su película con cómo Hollywood trata a las mujeres. Reconoce Fargeat que La sustancia habla de un tema que le ha afectado durante los últimos años. "La película trata sobre mí, pues mi mayor deseo es que las mujeres puedan ser libres y ser exactamente como quieren ser. Y pueden ser sexys o no sexys. Pueden hacerse cirugías o no hacérselas. A nadie debería importarle esto. No se debería hablar de ello. A mí me gusta estar con maquillaje, llevar un vestido bonito; pero a veces no. Nada de eso debería importar, salvo que no disfrutáramos de nuestras decisiones y que ese mundo de la belleza y la cosmética fuera una cárcel. Lo digo porque tal y cómo está organizada la sociedad, muchas mujeres piensan que si no se presentan ante el mundo maquilladas o con un aspecto muy determinado no van a existir. La película no dice cámbiate a ti misma, sino cambia el mundo que te rodea. Tiene que cambiar la forma en que la gente te mira, la forma en que los medios te miran".

Se refiere a un mundo donde las mujeres se inyectan Ozempic, el medicamento de los diabéticos para adelgazar; donde la depilación duele y es obligatoria, donde operarse los labios, los pechos, el culo es algo cada vez más habitual y deseable, para lo que ahorrar cuando eres joven. Eso es lo que la directora trata de cuestionar, todo un aparato violento y represor que acaba dejando huellas y violencia en el cuerpo de las mujeres. "Mi intención era mostrar que el cuerpo de las mujeres define cómo somos vistas en la sociedad, y al violencia que somos capaces de infringirnos nosotras mismos, imbuidas por la sociedad".

Lo hace desde el género, el bodyhorror, con sangre y vísceras, con humor y con dolor, como la vida misma. La directora es amante del terror de niña y ha demostrado que usando el género también se puede ganar en los sesudos festivales de cine de autor y hasta estar nominada a mejor dirección en los Oscar. "Cuando hago una película no me pregunto de qué género se trata, porque para mí, una película es una película. Pero es importante hablar de género cuando hablamos de premios, porque creo que sí hay algo novedoso en que yo esté en una mesa con otros directores dando mi propia visión. Esa es la razón por la que el cine está vivo y sigue siendo un medio tan poderoso. Es porque se renueva constantemente. Que haya interés por estas temáticas y esta manera de contarlas, me parece un gran paso".

Lo que ha conseguido La sustancia es llegar a un público que, a priori, no es el habitual del cine de género. Sumar a espectadores de otras edades y otros gustos consiguiendo que se sumen a la catarsis que vive y explora la protagonista. "Creo que cuando escribo estoy muy pendiente del simbolismo de la película. Eso es clave, porque llega a todo el mundo, sin importar el idioma. Esas metáforas no necesitan traducción y llegan a la audiencia de manera muy directa", explica sobre el modo de contar la historia, simplificado y muy directo. "Me impresionó mucho en las proyecciones ver a un público muy diverso, había jóvenes y no tan jóvenes. Muchos venían diciendo que el horror no era lo suyo y salían diciendo que no estaba nada mal. Eso significa que habían disfrutado del viaje". Entre ese público se encuentran también grandes nombres de la industria que han apoyado y alabado la película durante esta temporada de premios. Por ejemplo, Alfonso Cuarón, Juan Antonio Bayona o Guillermo del Toro.

Tiene que ver también en esa conexión con el espectador medio tan vibrante el uso del color y la puesta en escena que, dice la directora, tiene cierta influencia de Pedro Almodóvar. "Hay algunas similitudes en cierto modo, aunque nuestras películas son muy diferentes. Nos conecta el uso del simbolismo y de la poesía, aunque lo hagamos de forma distinta. A él también le encanta alejarse del realismo. Y eso es lo que hago en mis películas. No es la realidad lo que me gusta filmar, sino construirla y construir los códigos de la película. El uso del color es lo que me permite hacerlo y dotarla de cierto simbolismo". Añade Fargeat que, como en La habitación de al lado, en La sustancia, también hay una inspiración de Hooper, el pintor que usa como referente el director manchego. Hay más referencias, como a La Mosca de Cronenberg, a Verhoeven, a La muerte os sienta tan bien, con esa chapa y pintura que acaban dándose los personajes de Moore y de Margaret Qually, a El crepúsculo de los dioses con esa estrella hundida porque Hollywood ya no la quiere. También a El retrato de Dorían Gray. La sustancia ha logrado, quizá por la sencillez narrativa y por el color y las estrellas que la protagonizan, dar un paso más que otra película francesa que también usaba el género para contar la violencia sobre el cuerpo de las mujeres, Titan. La Palma de Oro de Julia Ducournau, no logró ni siquiera la nominación en película internacional, mientras que La Sustancia ha hecho historia. No solo por las nominaciones, sino porque ya ha permeado en el discurso de la sociedad y eso no lo consigue todo el mundo. "El entretenimiento del género es algo que me gusta mucho, porque puedes crear y expresarte sin límites, sin reglas, crear un mundo propio y darle al espectador el poder subirse a una montaña rusa. Eso genera un vínculo muy fuerte para hablar de temas políticos o sociales. Son capas que tardan más en diferirse pero están ahí y generan conversación y eso es lo importante. Estoy contenta porque el público las ha entendido y se ha quedado con ellas".

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 

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