El auge de las experiencias en España: un fenómeno que va más allá del ocio tradicional
Según un estudio de MasterCard de 2024, en el último año, el 94% de los españoles han invertido en experiencias, y 9 de cada 10 han destinado una parte de sus gastos a este tipo de actividades.
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Consumidores compulsivos de experiencias
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Madrid
¿Cuántas veces estando por TikTok te ha salido un vídeo de alguien contando su experiencia en un taller de cerámica o pintando un cuadro acompañado de una copa de vino? Este tipo de actividades se pueden encontrar por todo el mundo y también en España.
Solo en Madrid hay cientos de propuestas que incluyen desde pintar cerámica, hasta modernas experiencias inmersivas en museos, pasando por populares escapes rooms. La oferta es cada vez más diversa y accesible para todos los gustos. Este fenómeno ha colocado a España como el tercer país que más consume e invierte en experiencias de ocio, solo por detrás de Francia e Italia.
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Para todos los gustos y bolsillos
Natalia quiso descubrir de una forma diferente Oporto y le recomendaron hacer una cata de vinos en alguna de las tantas bodegas de la zona. Fue a una de las más famosas, la bodega Calém. Cuenta al equipo de Código de Barras que esta actividad le permitió conocer mejor la cultura del vino y aprender sobre los procesos de elaboración, mientras se disfruta de un ambiente relajado.
Pero esa no es la única experiencia que ha hecho: También me gusta mucho hacer rutas de senderismo por pueblos de Madrid. Así conozco mejor el país y descubro zonas nuevas que visitar.
Por otro lado, Camila se aventuró a cruzar el mar y volar hasta Tailandia, donde visitó un santuario de elefantes donde pudo bañarlos y alimentarlos. Busqué mucho para encontrar un lugar donde fueran respetuosos con ellos y encontré uno donde podía alimentarles desde una distancia segura y ver cómo entraban a descansar. Según nos explica, el costo de esta actividad fue de aproximadamente 50 dólares, una experiencia que califica como inolvidable.
Pero podemos hacer este tipo de actividades en Madrid, con un precio que rondan los 15-20 euros. Como la que hizo Clara, que se fue con sus amigas a decorar fundas de teléfono. También está Julia, amante de los escape rooms, que comparte su visión sobre esta actividad, casi una tradición para sus reuniones sociales y cumpleaños.
Al ser una manera de conocer mejor a sus amigos y a los amigos de sus amigos, Julia destaca cómo estas experiencias ayudan a romper el hielo y establecer conexiones más profundas sin tener que recurrir a las típicas preguntas de presentación.
María, por su parte, nos explica que muchas de sus experiencias las realiza en grupo, lo que se ha convertido en una excusa para reunir a todos sus amigos, que normalmente no tienen tiempo para verse. Cuando decide realizar este tipo de experiencias en solitario, María también las valora como una forma más sencilla de hacer nuevos amigos mientras participa en actividades que fomentan las interacciones de forma natural. Destacaba la de ir a un taller para pintar cerámica como una de las tantas que ha hecho en solitario.
El análisis psicológico detrás del fenómeno
Para comprender mejor la razón por la que cada vez más personas buscan este tipo de actividades, hablamos con María Hurtado, directora de AGS Psicólogos. Ella explica que la necesidad de buscar nuevas experiencias está relacionada con la edad.
Esta dinámica de buscar experiencias continuas empieza en la adolescencia porque el cerebro adolescente está diseñado para la novedad. El sistema de recompensas está al máximo nivel. Esas recompensas son la dopamina, ese neurotransmisor que asociamos con el placer y a la motivación. Durante la edad de la adolescencia es cuando más dopamina segrega el cerebro, según Hurtado. Cuando segregamos esta sustancia nos impulsa a buscar nuevas experiencias intensas y diferentes. De esta forma estamos acostumbrando a nuestro cerebro a que no descansa y puede llegar a no ser sana.
Además, según la psicóloga, las redes también juegan un papel importante porque estamos viendo constantemente como las personas se van de viaje y hacen actividades diferentes. Lo que hace que sintamos que lo cotidiano y lo que es nuestra rutina no es suficiente. Esto hace que queramos buscar cerca actividades similares para poder compartir en redes.
Pero querer vivir experiencias no se queda solo en la adolescencia. Al final es algo que se está dando en cualquier población, cualquier edad y cualquier género. Le preguntábamos si cree que hay un sesgo de género y asegura que no, aunque es cierto que las actividades que van a realizar mujeres y hombres van a ser diferentes por los gustos de cada individuo.
María Hurtado recomendaba que no es sano estar constantemente buscando este tipo de actividades porque estamos acostumbrando a nuestro cerebro a esas dosis de dopamina altas y esa búsqueda de recompensas constantes. La clave no es demonizarla. Al final si encontramos un equilibrio entre esos momentos sencillos de nuestro día a día y las experiencias intensas que hacen sentirme bien, no es malo. Lo que hay que tener cuidado es de que no se convierta en una adicción.
Han llegado para quedarse
A medida que los consumidores sigan buscan alternativas para el ocio tradicional, las empresas del sector van a continuar innovando con nuevas propuestas que invitan a vivir actividades únicas y diferentes. Y si las opciones de precio también son variadas el consumo de estas será continuo.
Sin duda, las experiencias se han consolidado como una forma de vida para muchos, transformando la manera en la que las personas se relacionan, disfrutan de su tiempo libre y buscan significado en sus actividades cotidianas. ¿Será este el futuro del ocio en nuestro país? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que parece claro es que el turismo experiencial ha llegado para quedarse.