Grupo Salvaje: la obra maestra de Sam Peckinpah
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Grupo salvaje es la gran obra maestra de Sam Peckinpah y una de las mejores películas de la historia del cine. Un western extremadamente violento y profundamente poético. Con ella comienza realmente el mito de Peckinpah y su fama de director conflictivo y esteta de la violencia. La historia de Grupo salvaje fue ideada por Roy N. Sickner, especialista de escenas de riesgo y ocasional actor, amigo de Peckinpah. A partir de ella el director y el guionista Walon Green escribieron el guion de la película. Y los tres compartieron la nominación al Oscar al mejor guion original que a la postre sería la única nominación que Peckinpah recibió en toda su carrera.
Grupo salvaje le valió a Peckinpah el apodo de Bloody Sam (Sam el sangriento). Sin embargo, el director no muestra en ella la violencia de forma gratuita, sino que la interpreta. Y lo hace desde la primera escena de la película. En ella vemos a unos niños que arrojan un escorpión a un hormiguero lleno de hormigas hambrientas, a las que después prenden fuego. Una escena que, al principio, no estaba en el guion. “Estaba discutiendo el guion con Emilio Fernández y me contó que, cuando era pequeño, él y otros niños cogían a los escorpiones y los metían en los hormigueros para que las hormigas los mataran. Y pensé que así eran los protagonistas de Grupo salvaje, escorpiones que habían caído en un hormiguero y que acababan devorados”, explicaba el realizador.
La historia de Grupo salvaje aparece enmarcada por dos tremendos tiroteos. Dos escenas modélicas y de una violencia inusitada que tienen lugar al principio y al final de la película. Una banda de ladrones está atracando un banco cuando descubren que fuera les esperan una docena de hombres armados apostados en las azoteas. El tiroteo, sangriento como pocos, tendrá su equivalente al terminar la película, en uno de los mejores finales que jamás se hayan rodado. Algunos críticos consideran a Grupo salvaje la primera película realmente violenta de la historia del cine. El uso de la cámara lenta, las balas entrando y saliendo de los cuerpos al tiempo que sueltan chorros de sangre, la muerte de inocentes… Nunca antes se había visto algo parecido dentro del cine comercial.
Peckinpah quería ofrecer una visión realista de los personajes del far-west, cuyas acciones en la pantalla siempre parecían heroicas, cuando en la realidad, la mayoría de ellos actuaba de forma violenta y cobarde, disparando por la espalda y matando con saña. “Escribí ese guion por las mismas razones que hago todas mis películas, porque es algo que a mí me gustaría ver en el cine. No intentaba provocar un shock en el público, tan solo era una historia contada de la forma por la que yo pagaría dinero para verla”, aseguraba el director.
En la película los supervivientes de la banda huyen a México perseguidos por los cazarrecompensas y allí acabarán involucrados en la guerra entre los insurgentes de Pancho Villa y un despiadado general del ejército mexicano que les contrata para que roben un tren cargado de armas. Un magnífico William Holden encabeza el reparto, secundado por actores como Ernest Borgnine, Ben Johnson, Warren Oates o Robert Ryan. Y en el papel del general, el mexicano Emilio Fernández, que había luchado en la vida real en el bando contrario, del lado de los revolucionarios. Fue capturado y sentenciado a 20 años de prisión; se escapó de la cárcel y huyó a Los Ángeles donde comenzó a trabajar en la industria del cine. Después regresaría a su país donde se convirtió en actor y en uno de los grandes cineastas de la historia del cine mexicano. La leyenda dice que mató a un productor de dos tiros tras discutir con él. Ernest Borgnine contaba que, durante el rodaje, estaba borracho la mayor parte del tiempo, siempre iba rodeado de chicas muy jóvenes y llevaba dos pistolas colgadas del cinturón.
Grupo salvaje se rodó en el pueblo mexicano de Parras de la Fuente, lugar de nacimiento del revolucionario Francisco Madero. En 1968 el lugar era lo suficientemente rural para pasar por un pueblo de principios del siglo XX. Sin embargo, cuando llegaron al rodaje se encontraron con que los funcionarios locales estaban a punto de instalar las líneas eléctricas, lo que hubiera arruinado el paisaje. La Warner tuvo que pagar una gran cantidad de dinero para que el municipio pospusiera sus obras durante seis meses. Y no solo fue eso lo que pagó. Según contó en una entrevista Ben Johnson, las mujeres mexicanas que retozaban con él y Warren Oates en enormes tinas de vino no eran actrices, sino señoritas de un burdel cercano que Peckinpah contrató solo para darse el gusto de contar después que el estudio había pagado prostitutas.
Grupo salvaje es una de las películas más representativas de ese subgénero llamado western crepuscular. Toda ella está teñida de amargura y de la extraña poesía de los perdedores. Hombres cansados a los que les pesan los años y las derrotas sufridas. Lo único que pueden hacer ya es seguir juntos.William Holden y su banda están asistiendo al final de una era, la del viejo oeste, que va a dar paso a un nuevo tiempo en el que los automóviles sustituirán a los caballos. En Grupo salvaje encontramos también muchos de los rasgos personales del propio Peckinpah. Como él mismo, los personajes son unos inconformistas. Pero también, como Peckinpah, tienen un particular sentido de la vida y de valores como la amistad o la lealtad. De ahí que los brutales bandidos que vemos al principio vayan humanizándose escena a escena ante los ojos de los espectadores. Este hecho convierte el tiroteo final de más de cinco minutos de duración en un combate épico que horroriza al espectador tanto como le emociona.
La película rompió moldes dentro del western no solo por su violencia sino también por su revolucionario montaje. Si lo normal hasta entonces era que una película tuviera unos seiscientos cortes, en Grupo salvaje hay más de tres mil, lo que da a las escenas de acción un ritmo endiablado. Algunos de los cortes son subliminales y constan tan solo de tres o cuatro fotogramas, lo que los hace casi imperceptibles a simple visa. Tampoco era habitual que todos los personajes de la película fueran sanguinarios y crueles. Desde los forajidos a los militares, pasando por los hombres de la ley. Supuestamente, según el departamento de publicidad de la Warner, en el rodaje de la película se dispararon más balas de fogueo, un total de noventa mil, que balas reales durante la revolución mejicana de 1910.
El director también hizo cambiar los efectos de sonido de los disparos. Antes, todos los disparos en las películas de Warner sonaban idénticos, independientemente del tipo de arma disparada. Peckinpah insistió en que cada arma diferente tuviera su propio efecto de sonido específico. Sam Peckinpah temía que los ejecutivos del estudio no aprobaran el planteamiento violento que estaba dando a la película. “Regresábamos de comer y vi a Sam caminando con la cabeza baja y le dije: ¿Qué pasa Sam? Estoy preocupado, me contesto. No sé si el estudio me permitirá montar esas escenas que hemos rodado. Olvídate, le dije. Estás haciendo una gran película, deja que corra la sangre y sigamos a lo nuestro. Entonces me miró fijamente y me dijo: Vaya si lo haremos”, contaba el actor Ernest Borgnine.
Una vez terminado el film Warner Bros hizo un pase de prueba de la película con público y las reacciones de éste fueron en muchos casos negativas. El estudio se asustó e hizo que el productor Phil Feldman cortara casi 20 minutos de metraje sin que Peckinpah fuera informado. “Estaba satisfecho con Grupo salvaje hasta que la despedazaron. Feldman decidió cortar buena parte del metraje para que la película pudiera estrenarse en los programas dobles”, comentaba amargado el realizador.
Poco después del estreno se publicó la noticia de que en la guerra civil de Nigeria los oficiales proyectaban la película a sus tropas la noche antes de una batalla, porque eso les hacía lanzarse al ataque mucho más excitados y sin miedo. Cuando Peckinpah se enteró se mostró triste y dolido. “Hice Grupo salvaje así porque todavía creía en la teoría griega de la catarsis, que dice que si vemos la violencia claramente, la repudiaremos de tal forma que la expulsaremos de nuestra vida. Pero me equivoqué. Si esos soldados hacen eso significa que la catarsis solo funciona en determinadas circunstancias. Depende de las personas, de las situaciones, y yo he fallado completamente”, aseguraba el realizador.
Grupo salvaje resulta una película fundamental en la historia del cine. Un film que influiría decisivamente en muchos directores posteriores, desde Martin Scorsese a Quentin Tarantino, pasando por John Woo. John Wayne se quejó al verla diciendo que había destruido el mito del viejo Oeste. Y es posible que John Wayne tuviera razón. La banda de William Holden nunca dio el perfil de héroes ni de pistoleros justicieros. Eran como la golondrina de la canción que suena al final de la película, seres errantes que ya no podían volar, en una última aventura sin retorno y cargada de nostalgia.