El temor de los inmigrantes a las elecciones alemanas: "Parte de la sociedad ha normalizado los ataques racistas"

Berlín

Las encuestas de opinión publicadas en Alemania desde que se anunció que habría nuevas elecciones muestran que la inmigración es la primera o segunda preocupación de los germanos, en función de dónde consultemos. La ola populista contra la inmigración que recorre ya otros países y gobiernos de todo el mundo tiene cada vez más altura en Alemania, donde la extrema derecha de Alternativa para Alemania es la principal difusora de los mensajes contra personas no nacidas en el país a pesar de que son varios millones cuyo trabajo es fundamental para sostener la economía nacional.

Hay al menos 3 millones de personas de origen turco en Alemania, aunque algunos estudios calculan que ese número puede ser el doble. Una amplia comunidad que ha impregnado y enriquecido la cultura de algunas ciudades alemanas como la propia Berlín. Hablamos con Ayse Demir, representante de TBB, una organización de descendientes turcos que trabaja con esta comunidad en Berlín y en el vecino estado de Brandeburgo, y cree que AfD está detrás de los mensajes racistas que cada vez sufren más en este país: "Los ataques racistas, verbales o físicos, han sido aceptados como parte de la vida cotidiana por la mayoría de la sociedad. Tenemos que agradecerle a la AfD que lo socialmente aceptable se haya desplazado a la derecha y que sus declaraciones sirvan de base para ataques racistas".

Defendemos que es importante votar aunque no estés satisfecho con un partido. Cada voto no emitido va a AfD

—  Ayse Demir, portavoz de la asociación turcogermana TBB

Demir nos cuenta que cada vez escucha a más inmigrantes en la asociación que reconocen que tienen miedo a salir de casa y están pensando emigrar. Temen que AfD tenga influencia en el futuro gobierno federal si la CDU, que es la gran favorita para las elecciones, rompe su palabra y pacta con ellos.

Pone el acento de hecho en que la presencia de los ultras en la primera línea política ha roto el pacto inherente en la sociedad germana para no tener comportamientos que recuerden al nazismo: "No hay inhibición y, por desgracia, los partidos democráticos están intentando copiar algunas declaraciones de AfD", dice en referencia, por ejemplo, a los controles en las fronteras vigentes bajo el gobierno socialdemócrata de Olaf Scholz.

Impacto económico

La extrema derecha alemana defiende la deportación masiva de inmigrantes, a los que culpa con todo tipo de bulos de ser los causantes de los problemas de vivienda, empleo o precios que hay en Alemania. Una serie de argumentos que desmonta Jan Mentrup, representante de IGMetall, el principal sindicato germano.

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"La escasez de trabajadores cualificados que ya existe se vería agravada si se van", explica, "lo que llevaría a un colapso y a la inevitable quiera de numerosas empresas". De hecho, el gobierno alemán impulsó una nueva legislación para facilitar la entrada de mano de obra de otros países, impulsando por ejemplo que llegaran miles de personas de los países balcánicos.

Mentrup concluye que los planes de AfD no son por tanto aceptables ni política ni económicamente. "Trata de dividir a la sociedad, de luchar contra la igualdad y difundir el odio, en línea diametralmente opuesta a los valores del movimiento obrero", concluye.

Preocupación en la población latina

Aunque el número de inmigrantes procedentes de América Latina en Alemania es menor comparado al de otros orígenes, también en esta comunidad se observa con preocupación la campaña electoral. Así lo reconoce Isabel Berrio, que preside Aliadas, una organización feminista formada mayoritariamente por inmigrantes latinoamericanas en Alemania.

Las personas que no tenemos un pasaporte europeo corremos aún mayor riesgo

—  Isabel Berrio, organización feminista Aliadas

"Nos preocupa porque AfD tiene en su programa de gobierno políticas contra la inmigración y el feminismo. Entienden que una mujer debe estar dedicada a sus hijos y al hogar", argumenta subrayando el retroceso en varios frentes que supone el auge del respaldo a los ultras en Alemania.

Por ello, los inmigrantes que no pueden votar también están intentando hacer pedagogía con los alemanes: "Aunque muchas no tengamos derecho al voto, lo que podemos hacer es crear conciencia y decirles a quienes puedan votar que les toca intentar frenarlos lo más pronto posible", explica Berrio.

Su organización, y otras muchas como la suya, prestan apoyo para explicar a los inmigrantes cómo funciona el sistema educativo germano, cómo buscar trabajo o ir al médico. Enseñan alemán y realizan también cursos de prevención de todo tipo de violencias. "Los alemanes tardan en abrirte la puerta de su casa, dicen lo que piensan y hacen lo que dicen", concluye Berrio, "pero sabemos que son personas muy respetuosas".