"Se nos van a quedar las carnes hechas un mapa": Maruja Torres y su reivindicación ante lo que hacer en los tiempos que corren
Haceos pellizcar por vuestros o vuestras convivientes o, en caso de vivir en soledad, auto pellizcaos sin compasión. Es para despertar, es para no sumirnos en el sueño de la razón mientras proliferan los monstruos, que no son de feria
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Maruja Torres: "Se nos van a quedar las carnes hechas un mapa"
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Quisiera hoy entonar un cántico, una loa, una reivindicación del pellizco. Tal como lo escucháis: el pellizco. Pero no del pellizco salaz, grosero y machista que se producía o se produce en la calle, transportes públicos o aglomeraciones. El pellizco sin consentimiento nunca, never, jamais, mai de la vida.
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Tampoco alabo las cualidades del acreditado y retorcido, en sentido figurado y por supuesto literal, pellizco de monja. Ni siquiera me decanto por los deliciosos bocaditos de masa y azúcar que reciben esta denominación. Mi pellizco prometido es el que se produce en la intimidad y suele estar precedido por un: "Ahh. Tengo que pellizcarme para comprender que no estoy soñando". Supongo que tal expresión está periclitada y ha sido sustituida por un, verbigracia: "No puedo ni imaginarme que esto esté sucediendo de verdad", más de ficción anglo y más acorde con las modernas parlas.
Sin embargo, el pellizco vero, el pellizco necesario, el pellizco auxiliador, es ése que debemos darnos en los tiempos que corren cada vez que algo nos sorprende y pretendemos creer que no es real, que es demasiado disparatado, demasiado deshonesto, demasiado malvado como para tomarlo en serio.
Mi pellizco preferido, pues, es salvador y sirve igual para una mentira y un insulto proferidos desde la antigua Comisaría Central de Madrid sita en Puerta del Sol que para un desmantelamiento del derecho internacional ejecutado por los inquilinos actuales de la Casa Blanca. Haceos pellizcar por vuestros o vuestras convivientes o, en caso de vivir en soledad, autopellizcaos sin compasión. Es para despertar, es para no sumirnos en el sueño de la razón mientras proliferan los monstruos, que no son de feria. Se nos van a quedar las carnes hechas un mapa.
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Maruja Torres
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