El olor a estiércol, los cencerros y el canto del gallo, a punto de ser blindados en Asturias
Una proposición de ley para proteger el patrimonio sensorial impulsada por dos juristas está sobre la mesa en el Principado a Asturias

Dos asturianos impulsan una ley para proteger los sonidos y olores del campo: "El turista rural quiere ver paisajes idílicos, pero se queja de todo"
20:10
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
El canto del gallo, el rebuznar del burro o el mugido de la vaca son sonidos propios del rural, que Ignacio y Marina Arias -padre e hija- creen que corren peligro con el auge del turismo. Por eso, han impulsado una ley, que ya está registrada en la Junta General del Principado de Asturias para que ningún visitante pueda acabar con su paisaje sonoro. "El turista que viene al mundo rural quiere contemplar el idílico paisaje de las vacas pastando, quiere comer huevos de gallina, pero se queja de todo", explica el padre en El Faro.
La idea, en realidad, surgió al conocer un caso en Francia en el que un juez impuso una multa a una pareja de jubilados que se mudaron al rural en busca de descanso y que pretendieron que la justicia acabase con el canto del gallo de su vecina.
Buscando que en Asturias la decisión no quedase en manos de un juez, padre e hija se pusieron manos a la obra con una propuesta de ley que proteja los ruidos propios del campo. No solo el de las vacas, caballos, burros, cerdos o gallos, sino también el de los cencerros, cadenas, motosierras o desbrozadoras que se utilizan en la ganadería y la agricultura. "Tú no puedes coger una desbrozadora a las 7h para cortar el seto de tu jardín, pero sí tienes derecho a encender la ordeñadora, porque a las vacas hay que ordeñarlas varias veces al día", explica el abogado.
Padre e hija defienden que es el turista el que debe adaptarse y no al revés: "Si quieres turismo rural, lo quieres con todo". Por eso, han presentado su propuesta a la Junta General del Principado y esperan que pronto pueda ser aprobada. "No hay ningún motivo jurídico o político para no hacerlo, porque la ley es apolítica. El estiércol no es ni de derechas ni de izquierdas, es estiércol".