Funambulista recuerda sus comienzos, lejos de la fama, con Rozalén o El Kanka: "Éramos felices"
El cantante ha contado en 'A las Bravas' una anécdota de su primer concierto en el Wizink Center
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Diego Cantero lleva más de veinte años en la industria musical española. Su faceta como cantautor y compositor en Funambulista comenzó en el año 2009, cosechando grandes éxitos. Su último álbum titulado 180º, Vol. 1, se publicó el pasado 17 de enero y cuenta con una colaboración con el grupo La La Love You.
El cantante murciano ha recordado en A las bravas cómo fueron sus comienzos. Más de diez años cantando en bares le hicieron pulirse para llegar a ser el artista que es hoy en día. Comienzos que compartió con Andrés Suárez, Rozalén o El Kanka: "Llevo más de veinte años en la música, pues doce o trece me los he pasado en bares, no en salas, en bares. Esto significa que eran dos cajas de cerveza con una tabla encima, tocando en un rincón con la puerta del baño al lado, que cuando uno iba al baño tenías que levantar el mástil de la guitarra para dejarle pasar. No estaba solo, Marwan, Andrés Suárez, Rozalén, El Canca... Toda esta gente nos encontrábamos en los bares y sin ninguna sensación de lucha, de hecho, éramos bastante felices".
A las Bravas 3x21 | Funambulista
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Raúl ha imitado a Iker Jiménez para preguntarle a Diego por algún momento paranormal que haya vivido en su vida. Funambulista ha recordado una anécdota que vivió en su primer Wizink Center: "Mi padre murió hace bastantes años y me enseñó a tocar la guitarra. Sabía tres canciones, una de ellas de un autor latinoamericano llamado Leonardo Fabio... Ese día del concierto fui a cortarme el pelo a una peluquería cercana al Wizink y desde que entré empezaron a ponerme un repaso de canciones de mi vida. Empezaron a ponerme Pedro guerra, Serrat... Y de repente empezó a sonar una canción de Leonardo Fabio. Honestamente ahí para mí fue como una conexión con mi padre, como si me estuviera mandando un mensaje de ánimo", contaba el murciano.
La colección de anécdotas no acaba aquí. Diego ha recordado la vez que se salvó de ser linchado en un concierto en un bar de Alicante gracias a una darbuka: "Recuerdo que me salvó que llevaba una darbuka en el coche... Cuando empecé a ver que la gente se ponía violenta, que empezaban ya a insultarme, a decirme que dejara de tocar que era un pesado, les dije dadme una última oportunidad. Me fui al coche, cogí la derbuka y empecé a tocar versiones de Ketama. Acabé saliendo por todo lo alto de ahí".