Luis García Montero ve lo ocurrido en los Premios Goya y no puede evitar hacer esta reflexión: "Pienso remediarlo desde hoy"

Tuve la suerte de disfrutar el sábado de la gala de los Premios Goya. Me quedo con la alegría de comprobar la calidad de un cine español capaz de crear buenas películas. Se unen el talento y la capacidad de conectar con un público numeroso. Celebro que contemos con actores como Eduard Fernández, o actrices como Aitana Sánchez Gijón y Maribel Verdú, qué mujeres, y guionistas como Eduard Sola. Pero confieso también que sentí mala conciencia. ¡Qué poco cariñosos somos los escritores al recibir un premio! Pienso remediarlo desde hoy mismo porque para mí es un verdadero premio hacer esta Mirada en Hoy por hoy.

Gracias por tu confianza, Àngels Barceló, gracias a la ciudad de Barcelona que te trajo al mundo en 1963. Gracias a José Luis Sastre, que tiene 22 años menos, pero mucho futuro. Y al gran Nacho Palomo, que nos vigila. Y a la jefaza, Montse Domínguez Montolí, tan madrileña como universal. Gracias, gracias por el honor de compartir estas Miradas con mis compañeros de lunes a viernes, Ignacio Martínez de Pisón, Maruja Torres, Najat El Hachmi, Ignacio Peyró, son más geniales que yo, los admiro, me ayudan a superar unas mañanas marcadas por el circo imperialista de Donald Trump.

Y, claro, no puedo olvidarme de padre y madre, que soportaron mis travesuras de niño. Gracias, por supuesto, a todos nuestros oyentes. A sus padres, madres, hijos, nietos y parejas, sean homosexuales o heterosexuales. Muchas gracias a todos los seres queridos que me vigilan desde el cielo. Levanto mi dedo índice hacia las alturas, recuerdo a los que ya están con los ángeles, arcángeles, serafines y dominaciones. Levanto mi dedo índice y subo los aranceles del cariño…, de la admiración. Muchas, muchas gracias.