San Isidoro, el santo más sabio de la Edad Media
Es una de las figuras más importantes de la historia de Sevilla, del mundo visigodo y de su época. Polímata, intelectual y recopilador de todo tipo de conocimientos de la Alta Edad Media
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San Isidoro el Aristóteles español
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Fue arzobispo de Sevilla durante casi 40 años (entre los años 599 y 636) y autor de las famosas Etimologías, una enciclopedia donde reunió todo el saber de su época (desde la medicina a la geografía, pasando por los minerales o la zoología). En este texto, también llamado Orígenes y dividido en veinte libros, tuvo enorme influencia en las instituciones educativas del Medioevo y fue impreso diez veces entre 1470 y 1529.
Presidió el II Concilio de Sevilla, en 619 y el IV de Toledo, iniciado el 5 de diciembre del 633, en el que estableció las bases de una política educativa obligatoria para todos los obispos del reino. Completó el misal y el breviario mozárabes, cuya adaptación había iniciado su hermano y predecesor en el episcopado hispalense, San Leandro. Sevilla se convirtió durante su episcopado en la capital cultural visigoda.
A Isidoro nada humano y divino le era ajeno. Escribió tratados filosóficos, lingüísticos e históricos. De entre sus numerosas obras destaca De natura rerum (Sobre la naturaleza de las cosas) y un libro de astronomía e historia natural dedicado al rey visigodo Sisebuto.
Braulio, obispo de Zaragoza y amigo de Isidoro, le describió como un hombre elegido por Dios para salvar a los españoles de la barbarie que amenazaba con inundar la civilización clásica en Hispania. El VIII Concilio de Toledo (653) manifestó su admiración por la figura de Isidoro con las siguientes palabras: «El extraordinario doctor, el hombre más erudito de los últimos tiempos, el siempre nombrado con reverencia, Isidoro».
Fue canonizado en 1598 y declarado doctor de la Iglesia en 1722 por el papa Inocencio XIII y actualmente es el patrono principal de la Archidiócesis de Sevilla, que recientemente ha erigido su Facultad de Teología bajo su patrocinio.
La figura y la huella de San Isidoro se puede apreciar en los escudos de algunos colegios profesionales, como el de Humanidades, Filósofos, Filólogos, Historiadores, Geógrafos, Geodestas y Topógrafos. Aparece además como insignia del escudo de la ciudad de Sevilla o en el pendón del Ayuntamiento o en el escudo del Sevilla F.C. Además, una escultura de este santo preside las escalinatas de la Biblioteca Nacional de Madrid.
Los restos mortales de San Isidoro se encuentran actualmente repartidos entre la Basílica de San Isidoro de León y la Catedral de Murcia, donde fueron trasladados desde su sepulcro en Sevilla en 1063. El hecho de llevarlas a León se debe a que fue el monarca leonés Fernando I quien obtuvo las reliquias gracias al rey de la taifa de Sevilla, Al-Mutamid.