La Corte Penal Internacional pide a los 125 países que la reconocen que defiendan su labor frente a las sanciones de Trump
El organismo rechaza las sanciones financieras impuestas por el presidente de Estados Unidos que han sido aplaudidas por Israel
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Sede de la Corte Penal Internacional en La Haya (Países Bajos) / Michel Porro
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La confirmación de las sanciones que Donald Trump ha decidido imponer a la Corte Penal Internacional ha obligado a este organismo a volver a mostrar su rechazo a la política exterior del nuevo presidente de Estados Unidos. Ya el pasado 23 de enero este tribunal avisó de que las sanciones anticipadas por Trump cuando tomó posesión de nuevo el día 20 iban a hacer muy difícil la labor de sus magistrados, que necesitan poder viajar libremente por el mundo, y una vez firmada la orden ha pedido al resto de la comunidad internacional que respalde su labor.
"La CPI condena la orden ejecutiva de Estados Unidos que pretende perjudicar su labor judicial independiente e imparcial", puede leerse en un breve texto de cuatro líneas con el que ha reaccionado este organismo a primera hora del viernes. "La Corte se compromete a seguir brindando justicia y esperanza a millones de víctimas inocentes en todo el mundo", añade.
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El tribunal con sede en La Haya apela además a los 125 Estados que reconocen su labor y han ratificado el Estatuto que determina sus funciones, entre los que está España, pero en cambio no otros como el propio Estados Unidos, Rusia o China, que "se unan en favor de la justicia y los derechos humanos fundamentales".
Israel, que tampoco reconoce a la Corte, ha sido el primer país en aplaudir esta firma, que supone un respaldo explícito a su gobierno ya que sobre Benjamín Netanyahu pesa una orden de arresto por parte de la CPI. "Aplaudo la orden ejecutiva de imponer sanciones a la autodenominada Corte Criminal Internacional", ha escrito el ministro de Exteriores hebreo Gideon Saar en X. "Las acciones de la CPI son inmorales y no tienen base legal", concluye.
Rechazo de varios países europeos a las sanciones
En Europa se han comenzado a suceder las reacciones a la firma de Trump. Países Bajos, sede del tribunal de La Haya, ha defendido la labor de esta corte que considera "esencial en la lucha contra la impunidad". Una declaración que choca con la posición del partido mayoritario, el ultraderechista PVV, cuyo líder Geert Wilders ha seguido la línea de Orbán y ha pedido en X que la sede de la CPI se traslade a Bélgica.
Para el canciller Olaf Scholz, las sanciones "no son la herramienta" adecuada en el escenario internacional actual, y ha argumentado que "ponen en peligro a una institución que se supone que debe asegurar que los dictadores no puedan perseguir a la gente e iniciar guerras". Scholz ha puesto voz también a la disconformidad de su Gobierno con el plan de Trump para la deportación de gazatíes, que dice que cuenta "con mi absoluto rechazo. No debemos trasladar a los gazatíes a Egipto y a Jordania, eso no está bien", ha dicho en un acto de campaña con su partido este mediodía. También Francia y el Reino Unido han mostrado su respaldo al trabajo de la Corte Penal Internacional.
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...