Eran íntimos en la Real Sociedad y ya no se pueden ni ver: un excompañero de Griezmann relata su desencuentro desde su nueva vida como operario de fábrica
La salida de Antoine Griezmann hacia el Atlético de Madrid terminó rompiendo los lazos con uno de sus máximos apoyos desde sus años en el filial 'txuri-urdin'
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Antoine Griezmann, durante su etapa en la Real Sociedad / NurPhoto
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Llegó a Donostia con 19 años, formó parte de la última Real Sociedad que dejó huella en la Champions League y ha cambiado las botas por el mono de trabajo. Liassine Cadamuro fue una de las grandes apuestas del club 'txuri-urdin' en el mercado francés, de donde ha visto brotar grandes figuras en las últimas temporadas. Su 'prime', sin embargo, distó mucho del esperado. El francoargelino, al que le acompañó la fama de sobrado durante toda su carrera, nunca se mostró cómodo bajo el foco mediático. Es por ello que desde hace un tiempo se ha alejado del fútbol de élite para adaptarse a una nueva vida que, ahora sí, le hace feliz.
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Sin despedirse del todo del fútbol, porque todavía juega en un equipo de fútbol amateur, Cadamuro ha rehecho su vida en una fábrica industrial. El defensor ha pasado de cortar balones en campos de fútbol a una inesperada etapa como operario en una productora de plástico PVC. De ello ha hablado en una entrevista con 'Relevo' en la que ha mostrado su lado más personal, desvelando que esta decisión de cambiar supuso una inyección anímica en su vida. "No me arrepiento de nada, al contrario", afirmó al respecto: "Estoy encantado en Marsella, tranquilamente con mi familia y disfrutando de la vida".
Desde esta nueva perspectiva, el exfutbolista ha recordado sus años de penas y glorias en la élite del fútbol. Y es que, aunque lamentó no haber tenido en Donostia un entrenador capaz de brindarle "la continuidad y la confianza que necesitaba", sí tuvo claro que tuvo "más momentos bonitos que malos en la Real".
"Si algún día nos cruzamos por la calle..."
Fueron estos años en los que Cadamuro pudo codearse con los más grandes de un fútbol que sigue siendo su otra gran pasión. Jugó en la Primera División que desde bien pequeño le fascinaba, llegó a debutar en Europa y forjó grandes amistades. De sobra conocida era su relación con Antoine Griezmann, con quien dio sus primeros pasos desde el Sanse -filial realista-. Su vínculo era de los más estrechos en el vestuario y así se mantuvo cuando despuntaron en la máxima categoría del fútbol español. No obstante, el fútbol los separó y Cadamuro no se mordió la lengua al hablar del momento en que le hizo la cruz.
"Antes le llamaba 'Antu', ahora digo Antoine Griezmann, porque no tenemos nada en común", apuntó, cortante de primeras, para dar su versión después sobre su desencuentro. "Cuando fichó por el Atlético de Madrid, él venía del Mundial. Veníamos los dos. Le mandé un mensaje para felicitarlo, normal, porque éramos amigos y estábamos juntos todos los días. Vi que lo había leído, pero no me contestó. Y nada más. Se acabó así", expuso, todavía con cierto resquemor pese a haber pasado ya 11 años desde la salida con destino al Atleti.
"Él sabrá. No voy a correr detrás de nadie, nunca lo he hecho en mi vida. Si él ha tomado esa decisión, la respeto. Me alegro un montón de que haya sido campeón del mundo, que haya hecho esas cosas en el mundo del fútbol, que se haya convertido en un gran jugador... Pero en lo personal, si algún día nos cruzamos por la calle, que no se gire para gritarme 'Cada' porque le voy a decir tranquilamente: 'Anda con tu vida y yo con la mía'", cerró, dando por zanjada esta antigua amistad.