Luis García Montero se pronuncia en estos términos sobre Karla Sofía Gascón y 'Emilia Pérez': "Confundir deseos con derechos"

Hoy quiero hablar de una película, Emilia Pérez, que ha recibido ya muchos premios. Su director, Jacques Audiard, hizo unas declaraciones desafortunadas, propias de un pijo francés, afirmando que el español es una lengua de pobres. Es lo que opina Donald Trump. Hay una mentalidad progresista muy pija que alimenta la antipatía en la clase obrera al separar el respeto a la diversidad inclusiva de las injusticias económicas del capitalismo. La extrema derecha manipula muy bien ese clasismo de la izquierda pija en EEUU y en Francia.

Ayer escribí una columna en El país para denunciar el disparate que supone decir que el español es una lengua de pobres, algo que me molesta sobre todo por la falta de respeto que supone para los pobres. Algún lector me preguntó: ¿por qué no criticas también la película, llena de tópicos sobre México, y a la actriz Karla Sofía Gascón, autora de mensajes muy clasistas en las redes sociales? No hablé de la película ni de la actriz porque ni conozco los mensajes de ella, ni había visto la película… Me picó el gusanillo, fui a verla y tengo que decir que me ha encantado. La actriz, además, hace un papel magnífico. En medio de los ambientes crispados, parece conveniente imponer afirmaciones o negaciones absolutas. Esas dinámicas invitan muchas veces a traicionar la propia conciencia.

Las opiniones de Audiard sobre el español son una insensatez, pero yo me traicionaría si dijese que la película no me ha gustado. Es una buena película y plantea algo que no suelen comprender los pijos de izquierdas. Una de las tentaciones más graves del narcisismo neoliberal es confundir los deseos con los derechos. Esa confusión hace que todo acabe mal y que se comentan injusticias en nombre de causas que son respetables.