Todopoderoso Trump

Barcelona

Donald Trump funciona en modo frenético. Cada minuto firma nuevos decretos, profiere anuncios, amenazas, proclamas hirientes. Este hiper-activismo provoca la sensación, en muchas personas, de que el nuevo inquilino de la Casa Blanca es eficaz y todopoderoso.

Tomemos distancia de nuestras sensaciones. Bastantes de los actos del magnate ya han generado anticuerpos, desde el minuto 1. La obispa Mariann Bude le reclamó, cuando la toma de posesión, que tuviese misericordia con inmigrantes, gays y lesbianas. Un juez federal bloqueó el decreto por el que negaba la ciudadanía a los hijos de los inmigrantes nacidos en territorio estadounidense, contra lo que estipula la 14 enmienda constitucional.

Uno tras otro, los gobernantes europeos se van manifestando, eso sí, muy educadamente, contra la injerencia de Washington en la soberanía de Dinamarca sobre Groenlandia. Y el extraordinario desarrollo de una pequeña empresa china de inteligencia artificial pone del revés a la industria tecnológica de Silicon Valley, una nueva gran muleta de su poderío.

Las reacciones irán a más. Porque los amenazados y amenazables son muchos más. Y aunque Trump se crea un enviado de Dios, no es todopoderoso.