El presidente serbio se aferra al cargo después de la dimisión del primer ministro y con miles de manifestantes en las calles

La tensión no deja de crecer en las calles de Serbia después de una nueva jornada de protestas lideradas por los estudiantes, respaldados por miles de ciudadanos, en distintos puntos del país. Unas protestas derivadas de la muerte de una quincena de personas tras el derrumbe de una parte de la estación ferroviaria de la ciudad de Novi Sad y que se han ampliado hasta convertirse en un clamor multitudinario contra la corrupción y el carácter prorruso del Gobierno de Aleksandar Vucic.

A primera hora de la mañana han presentado su dimisión el primer ministro Milos Vucevic y también el alcalde de Novi Sad, que aún así han culpado a un agente extranjero sin identificar como instigador de las manifestaciones. Por la tarde ha habido una reunión de emergencia del Gobierno y una comparecencia posterior del presidente Vucic en la que ha culpado a quienes protestan contra el Ejecutivo de poner al país en una situación de máxima tensión.

Vucic ha hecho un recorrido por toda una serie de sucesos convulsos de la historia reciente de Serbia, desde el asesinato del exprimer ministro Zoran Djindjic en 2003, la escisión de Montenegro o la independencia de Kosovo que no reconoce Belgrado para contraponerlos con la dimisión de Vucevic, que ha calificado como un acto "que pasará a los anales de las personas responsables".

Nuevo Gobierno o elecciones

Vucic ha anunciado que en un plazo de diez días se decidirá si se conforma un nuevo Gobierno después de consultar con los distintos partidos del país o si se convocan elecciones. Un proceso que ha seguido enmarcando en una supuesta presión externa contra Serbia de la que no ha dado detalles y que va en la línea de los argumentos esgrimidos por Belgrado para expulsar a varios activistas extranjeros hace unos días. Un discurso que también sostiene Rusia, aliada de Vucic, desde hace meses.

Para tomar el poder por la fuerza, primero tendrían que matarme

—  Aleksandar Vucic, presidente de Serbia

"Serbia está sometida a una gran presión exterior, nuestra estabilidad y paz civil están amenazadas. Se está fomentando el comportamiento ilegal de todas las formas posibles como si fuera algo normal", ha dicho durante su comparecencia de esta tarde. "Estoy luchando por los objetivos correctos", ha añadido para disipar cualquier duda sobre su continuidad, y se ha preguntado qué están logrando los manifestantes que, liderados por movimientos estudiantiles y organizaciones agrarias, han bloqueado un cruce de varias autopistas en Belgrado en las últimas horas.

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Vucic ha confirmado que tiene previsto acudir a la ciudad de Novi Sad, convertida en el epicentro del descontento popular y donde siguen esta noche las concentraciones: "Pronto apareceré en Novi Sad y me dirigiré a la gente porque no se me ocurre huir de nadie en mi país", ha concluido Vucic.

Bruselas vigila

Serbia es ahora mismo país candidato para entrar en la Unión Europea, estatus que tiene desde hace ya 12 años, y ha recibido algunos avisos desde la Comisión para que alinee su política exterior con la de los 27 y se aleje de la órbita de Rusia. En su comparecencia este mediodía, un portavoz de la Comisión, Guillaume Mercier, ha evitado valorar la dimisión del primer ministro serbio, pero sí ha subrayado la importancia de respetar el derecho a las manifestaciones pacíficas.

"La participación ciudadana tiene un papel vital en el desarrollo de una sociedad democrática y sana", ha indicado el portavoz comunitario. Esta característica y la rendición de cuentas por parte de los gobiernos "forman parte de la esencia de la Unión Europea y esperamos que todos los Estados miembros las adopten", ha advertido.