"Animó a muchas escritoras a luchar por la libertad": se cumplen 100 años del nacimiento de Ana María Matute

Madrid

Este 2025 es un año de grandes efemérides literarias. Se cumplen 250 años del nacimiento de la escritora Jane Austen y 150 del de Antonio Machado. Hay novelas que cumplen su primer siglo, como El proceso de Kafka o El Gran Gatsby de Fitzgerald. Y se conmemora el centenario del nacimiento de dos grandísimas escritoras españolas: Carmen Martín Gaite y Ana María Matute.

Para conmemorar la efeméride del centenario del nacimiento de la barcelonesa, la editorial Destino ha lanzado una edición especial de Primera memoria, la novela con la que Matute ganó el Premio Nadal en 1959, mientras que el Instituto Cervantes de Madrid acoge la exposición Quien no inventa no vive, un homenaje a la vida y obra de la autora.

La exposición, comisariada por Paz Ortuño, amiga íntima de Matute, ofrece un recorrido por la trayectoria de la escritora a través de manuscritos, fotografías, borradores y objetos personales. Entre los tesoros expuestos destacan las ilustraciones y correcciones que la autora realizaba meticulosamente, reflejando su compromiso con la literatura.

Ortuño ha contado en La Ventana cómo comenzó a leer a la escritora. "Empecé con Los niños tontos. Para mí fue un cambio en la literatura, me descubrió que había otra manera de escribir cuando yo tenía 8 o 9 años. Ella estaba harta de que la consideraran una escritora de niños. Yo pensaba que todos los escritores estaban muertos, y de pronto me encuentro que ella estaba viva y se me abrió el mundo", ha dicho Ortuño. También ha contado que el libro que más le gusta de Matute es Los Hijos Muertos.

Por su parte, la edición especial de Primera memoria incluye un prólogo de la periodista y escritora Inés Martín Rodrigo, ganadora del Premio Nadal en 2022. En su texto, titulado El espíritu de la infancia indómita, Martín Rodrigo explora la capacidad de Matute para mantener viva la inocencia y la fantasía en su obra, a pesar de las duras experiencias que marcaron su vida, como la Guerra Civil, un matrimonio fallido y una profunda depresión. "No conocerla en persona me ha permitido fabular sobre ella, un verbo muy suyo. Yo me he creado un personaje en mi cabeza que no responderá a su persona", ha dicho en La Ventana.

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Paz Ortuño, quien conoció a Matute hace 35 años, coincide en este sustantivo. Recuerda cómo su amistad con la escritora comenzó cuando preparaba un curso sobre literatura y la mujer. "Nos hicimos amigas porque vivíamos al lado. Recuerdo el día que fui a su casa muy nerviosa. Nada más llegar me ofreció una copa de whiskey y yo tenía 18 o 19 años. Aquel día encontré una amiga pero no logré recordar mi casa. A partir de ese día nos hicimos muy amigas. Nos veíamos diariamente durante los últimos 35 años de su vida", ha relatado.

Ambas invitadas coinciden en que la mejor manera de celebrar a Matute es leyendo su obra. Emili Rosales, editor de la autora durante sus últimos años, ha propuesto una guía de lectura para adentrarse en su universo literario. Entre las obras recomendadas se encuentran Los niños tontos, un libro que marcó a Ortuño en su infancia, y Olvidado rey Gudú, una obra de fantasía que Rodrigo considera fundamental en el legado de Matute.

"Las mujeres escritoras no estaban lo suficientemente reconocidas. El Nadal ganó a Laforet, y no al revés. Las mujeres vieron ahí abierta una ventana, como Matute. Les animó a seguir ese camino, uno de renuncias, de lucha por la libertad", ha afirmado Martín Rodrigo. "Era anárquica para su vida, pero tenía un compromiso grandísimo con su obra. Tenía la novela y el final en su cabeza antes de empezarla. Una vez la había escrito, venía el proceso de corrección. Ella cuenta que escribió su primera novela en 3 meses pero tardó 2 años en corregirla. Era muy metódica en los personajes y en la documentación. Estaba en el hospital a punto de morirse y no quería hacer otra cosa que corregir su última novela", ha dicho, por su parte, Ortuño sobre la relación de Matute con la escritura.

La exposición Quien no inventa no vive estará abierta al público en el Instituto Cervantes de Madrid hasta el 9 de febrero, mientras que la edición especial de Primera memoria ya está disponible en librerías. Ambas iniciativas buscan reivindicar el lugar de Ana María Matute en la literatura universal, recordando que, como ella misma decía, "quien no inventa no vive".