Lukashenko se asegura la reelección en unas elecciones en las que sólo compite con candidatos afines a su régimen
Estados Unidos o la Unión Europea rechazan los comicios que se celebran en plena represión de opositores, bajo las sanciones de Occidente y con Bielorrusia plenamente adherida a los intereses de Vladimir Putin
Alexander Lukashenko lleva desde 1994 al frente de Bielorrusia y desde este domingo se va a asegurar permanecer en el poder en lo que a ojos de la Unión Europea supone la última dictadura del continente. Bielorrusia celebra elecciones, pero nadie duda de que en plena ola represiva conta la oposición nadie va a discutir la victoria del principal aliado de Vladimir Putin.
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De hecho, hasta cuatro candidatos no han podido presentarse por presuntas irregularidades en sus candidaturas, y la principal dirigente opositora, Svetlana Tijanóvskaya, vive exiliada entre Lituania y Polonia, ha sido condenada por el régimen en ausencia y su marido también fue arrestado cuando anunció su intención de presentarse a las elecciones del año 2020. Después fue condenado a 18 años de cárcel por presuntos delitos como "organizar disturbios" o "incitar el odio".
Los únicos cuatro candidatos que pueden presentarse representan a formaciones que sostienen la política prorrusa de Lukashenko, herederos directos de la ideología soviética y partidarios incluso de una unión política con Moscú.
Farsa electoral
Esta misma semana, Tijanóvskaya ha denunciado que "lo que en el mundo democrático llamáis elecciones no tiene nada que ver con lo que va a pasar en Bielorrusia. Cuando un dictador las convoca para seguir designándose a sí mismo es más bien ritual". La dirigente opositora considera que la decisión de Lukashenko de liberar a una veintena de personas encarceladas por ser supuestos "extremistas" no es más que un gesto hacia la galería para intentar que se rebajen las sanciones que pesan sobre el país por su adhesión sin objeciones a la invasión de Ucrania y a las políticas expansionistas de Vladimir Putin.
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Según la organización de Derechos Humanos bielorrusa Viasna, 1256 personas están ahora mismo presas en el país por sus convicciones políticas. Entre ellos hay incluso un Premio Nobel de la Paz, Ales Bialiatski, cuya salud según Viasna se ha deteriorado notablemente durante su estancia en prisión. Este grupo relata que Bialiatski está marcado con una etiqueta con un color determinado como "prisionero político" como hacía el régimen nazi, que se le deniega su medicación, contactar con familiares y que está obligado a realizar trabajos forzosos.
Sin reconocimiento internacional
Instituciones y organismos de todo el mundo restan toda legitimidad a las elecciones en Bielorrusia. El Parlamento Europeo ha aprobado esta misma semana una resolución en la que pide a la Unión que rechace el resultado de unas elecciones que considera "un engaño". El Parlamento considera que, al igual que en 2020, el resto de candidatos en realidad no son una oposición real.
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La Unión Europea ha destinado ya 170 millones de euros para ayudar a las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos, medios independientes, instituciones culturales y educativas y para las pequeñas y medianas empresas de origen bielorruso que están en el exilio.
En el caso de Estados Unidos, la condena de estas elecciones fue uno de los últimos mensajes de la Administración dirigida por Joe Biden y del exsecretario de Estado, Antony Blinken, antes de la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca. El Departamento de Estado subraya que "la censura en Bielorrusia es omnipresente, no hay medios independientes y las elecciones no son creíbles ya que sólo pueden presentarse candidatos aprobados por el régimen mientras que miembros de la oposición están encarcelados o en el exilio".
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...