El patrimonio no siempre es bonito: los toldos verdes como símbolo de España

Madrid

Las periferias de las ciudades españolas tienen un aspecto fácilmente reconocible. Aquellos edificios levantados durante el desarrollismo franquista dibujan un paisaje común en muchas urbes del país. Uno de los elementos más característicos son los toldos verdes que complementan a edificios de color ladrillo que conforman barrios enteros.

Pablo Arboleda y Kike Carbajal son los autores del foto-ensayo 'Toldos Verdes' publicado por 'Editorial Asimétricas'. "El libro hay que leerlo como lo que es: una suerte de querer poner sobre la mesa toda una etapa de las sociedades en España y que llega hasta nuestros días", afirma Arboleda. El toldo verde también es un símbolo del éxodo rural. "Al principio se construían unas chabolas que tenían que cerrar con un tejadillo. Luego estos edificios fueron la primera solución habitacional y una esperanza de poder salir de la precariedad con la que vivían en el campo", explica Carbajal.

"La arquitectura y el toldo verde están destinados a permanecer en el presente y, desde luego, en el futuro", añade Arboleda en referencia a considerar el toldo verde como "una capa de historia". "Siempre nos vanagloriamos como estado-nación de proyectar una imagen positiva de nuestro patrimonio ante la UNESCO o los turistas. Nosotros damos un giro para decir que el patrimonio también es lo que sucede todos los días", afirma Arboleda.

"El paisaje urbano es imperfecto, pero es el mejor que nos hemos podido dar", concluye Arboleda. Los toldos verde no solo son un símbolo de los barrios obreros, también son pasado y presente del patrimonio urbanístico español.