Opinión

Mientras tanto, los maestros

Ser maestro o profesora nunca había sido una profesión fácil, pero hoy se ha vuelto uno de los trabajos más complicados del mundo

Imagen de archvo / Ajuntament d'Alcoi

Imagen de archvo

Madrid

Educar nunca ha sido sencillo ni ajeno al debate social. Lo sabemos al menos desde hace veinticinco siglos, cuando ya encontramos referencias al problema de cómo educar a esos jóvenes tan poco atentos a las tradiciones y expectativas de sus mayores. Sobre ese terreno abonado, las guerras culturales emprendidas por esa neoderecha radical que está conquistando el mundo eligieron la educación como uno de sus campos de batalla preferidos, provocando que las políticas educativas cayeran bajo el tóxico signo de la extrema polarización, lo que hace prácticamente imposible alcanzar un mínimo consenso sobre casi ningún aspecto de la tarea de enseñar a niños y jóvenes: ni el uso de la tecnología, ni los métodos pedagógicos, ni las materias a estudiar, entre otras muchas cosas, se libran de una confrontación permanente.

Ser maestro o profesora nunca había sido una profesión fácil, pero hoy se ha vuelto uno de los trabajos más complicados del mundo, acosado por la incertidumbre de saber qué enseñar en una sociedad en que el cambio tecnológico deja obsoletos muchos conocimientos a gran velocidad, las familias ejercen una presión creciente y el alumnado es cada vez más diverso y complejo.

Por eso parece una de las noticias trascendentes de las últimas semanas que se haya abierto la etapa final de negociación del nuevo estatuto docente entre el Ministerio de Educación y los sindicatos de la enseñanza. No se trata de abordar exclusivamente las mejoras en las condiciones de trabajo que están pendientes desde hace años, sino de diseñar un cambio profundo en asuntos como la formación universitaria que reciben los docentes de Infantil, Primaria y Secundaria; la forma de acceso a la profesión; su incorporación gradual y tutelada al trabajo mediante un modelo inspirado por la experiencia de los MIR en la sanidad; o el establecimiento de un sistema de incentivos para la formación continua que hagan posible una verdadera carrera profesional que reconozca en todos los sentidos -incluido el salarial- el esfuerzo de mejora por parte de los docentes.

Aunque las ambiciones de partida son muchas y forzosamente se verán limitadas por la necesidad imperiosa de alcanzar amplios acuerdos que den estabilidad a esta reforma, cabe albergar la esperanza de ese nuevo estatuto docente logre en gran medida el cambio que la profesión educativa necesita desde hace décadas.

Justamente ahora, con toda la complejidad e incertidumbre que la tarea de enseñar conlleva en todo el mundo, se hace todavía más imprescindible contar con los mejores maestros y maestras que podamos tener. Porque hace falta más vocación y capacidad pedagógica que nunca para encerrarse todos los días en el aula y poder motivar a unos alumnos con la cabeza llena de información, excitación y dudas (y que saben manejar a menudo el ChatGPT mejor que sus profesores).

Suele decirse que no hay sistema educativo cuya calidad sea mayor que la de su profesorado. Lo que es indiscutible es que con más filosofía o más matemáticas, con más o menos dispositivos digitales, con más historia o más trabajo en equipo, con más memorización o más capacidad de comunicación, el factor verdaderamente decisivo y que puede crear un impacto duradero y positivo en la vida de los alumnos es haber tenido una maestra o un profesor que se sientan reconocidos y respetados en su trabajo, que han contado con los mejores mentores y que tienen facilidades y estímulos para actualizar su formación cada día.

Mientras continuamos con nuestros debates políticos y sociales, a menudos tan estériles, dar los pasos necesarios para dignificar, reforzar y dar excelencia a la profesión docente es una apuesta segura para una sociedad mejor. De las pocas viables que tenemos a nuestro alcance.

José Carlos Arnal Losilla

José Carlos Arnal Losilla

Periodista y escritor. Autor de “Ciudad abierta, ciudad digital” (Ed. Catarata, 2021). Ha trabajado...

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00