El ‘Profeta Durmiente’ Edgar Cayce
Tenía la facultad de atravesar el velo del tiempo y vaticinar acontecimientos futuros mediante trances mediúmnicos. Descubrió que no era un niño como los demás. A los 13 años percibió la visión de una entidad angélica que le preguntaba: “¿Qué es lo que quieres en la vida?”. Y Cayce, sin dudarlo, contestó que aliviar el dolor del mundo
Madrid
A partir de ese momento empezó a recibir mensajes en trance mientras dormitaba. Incluso un día cayó enfermo y fue él mismo quien dictó al médico rural lo que tenía que recetarle mientras permanecía en trance: «He recibido un golpe en la columna vertebral con una pelota de béisbol. Hay que hacer una cataplasma especial y aplicármela en la base del cuello».
Más de una vez declaró que lo que veía le daba miedo. Empezó a ganar fama cuando pronosticó el desplome de la bolsa y la consiguiente depresión económica seis meses antes de que ocurriera el desastre de Wall Street en abril de 1929. Cayce ofreció más de 14.000 predicciones o lecturas psíquicas que representan unas 50.000 páginas de trascripción durante un periodo de 43 años, lo suficiente como para llenar unos 300 volúmenes. En sus trances hablaba idiomas extranjeros que desconocía, incluso el griego homérico. Su faceta sanadora supone “casi 20.000 curaciones de casos desahuciados por la medicina ortodoxa”, según aseguran sus seguidores.
También durante su vida, vaticinó que Estados Unidos entraría en guerra en 1941 y anunció que 1945 sería el año de la victoria aliada. Y ése también fue su año, porque el 1 de enero de 1945, mientras estaba internado en una residencia de Roanoke (Virginia), dijo: “seré sanado el viernes, cinco de enero”. Murió el 3 de enero de un edema pulmonar y enterrado dos días después.
Dejó notas sobre casi todos los temas posibles, muchos de ellos relacionados con el futuro de la humanidad. Sus datos tanto médicos como arqueológicos siempre los daba en sueños, poniéndose en contacto con cualquier mente humana o con la fuente primordial, según él, con los Registros Akásicos.
En 1932 advirtió que cuando se observen ciertas anomalías en el Pacífico Sur, se den alzamientos y hundimientos en el Mediterráneo y se registre una mayor actividad en el monte Etna, sabremos que ha comenzado el periodo de grandes catástrofes mundiales. En un vaticinio hecho en 1941, Cayce dijo que la parte continental de Estados Unidos se vería afectada por los movimientos telúricos, pero que los mayores daños los padecería la costa oeste, los estados del centro y la costa oriental. Primero, se producirían grandes explosiones en el Vesubio y en el Monte Pelado, en la Martinica. Cuando uno de los dos o ambos comiencen a rugir, en los tres siguientes meses, la costa sur de California y las zonas situadas entre el Lago Salado y la parte meridional de Nevada podrían verse inundadas. Tanto Los Ángeles como San Francisco serían destruidas antes que Nueva York. ¿Estaba hablando del Big One?