Internacional

El Parlamento británico cierra uno de sus bares tras un presunto caso de sumisión química

Una trabajadora denunció a principios de enero que su bebida había sido adulterada en el establecimiento

Vista panorámica del Palacio de Westminster, donde se encuentra el bar cerrado tras un supuesto caso de sumisión química. / Andrew Aitchison

Vista panorámica del Palacio de Westminster, donde se encuentra el bar cerrado tras un supuesto caso de sumisión química.

Londres

El Parlamento británico ha anunciado este viernes que cerrará temporalmente uno de los bares ubicados en el edificio tras registrar un presunto caso de sumisión química contra una de sus trabajadoras. Fue el pasado 7 de enero cuando ocurrieron los hechos: la víctima se encontraba en el 'Strangers Bar' del Parlamento, uno de los establecimientos más frecuentados por los diputados, cuando su bebida fue presuntamente adulterada.

La Policía Metropolitana ha confirmado estar investigando el caso, aunque por ahora no se han producido detenciones. El 'Strangers Bar' cerrará el lunes 20 de enero mientras se revisan las medidas de seguridad.

"La seguridad de todos en la zona sigue siendo una prioridad clave de ambas Cámaras", ha asegurado un portavoz del Parlamento a través de un comunicado. Todavía no está claro hasta cuándo se mantendrá el cierre del establecimiento –uno de los más de diez que están operativos en el palacio de Westminster para los miembros de las dos Cámaras, sus asistentes y el resto del personal–, aunque está previsto que se proporcione más información a medida que avance la investigación.

El caso ha abierto de nuevo el debate sobre el consumo de alcohol en las premisas del Parlamento. Una práctica frecuente que ha provocado comportamientos inapropiados en repetidas ocasiones, según un informe publicado en 2023 por el Programa Independiente de Quejas y Reclamaciones (ICGS, en sus siglas en inglés) del propio Parlamento.

"El alcohol fue un factor frecuente en los incidentes ocurridos en bares de la zona parlamentaria (que dieron lugar a comportamientos intimidatorios, como gritos e insultos), así como en actos externos relacionados con actividades parlamentarias o cuando los colegas se reunieron en bares o pubs después de dichos actos", señala el informe que añade que estos comportamientos influyen en la "capacidad de los testigos para recordar los hechos cuando se recogen pruebas para una investigación".

La revisión de las normas de venta y consumo de alcohol en el Parlamento ya está siendo estudiada por el comité de modernización, formado por diputados de diferentes partidos políticos, el cual ha recibido cientos de recomendaciones en distintas áreas y tiene previsto publicar sus conclusiones a finales de este mismo mes.

La ministra del Interior, Yvette Cooper, ya condenó los casos de sumisión química anteriormente, los cuales calificó como un delito “perturbador y grave” que puede tener un impacto “perjudicial y duradero” en las víctimas.

 
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