Dos jóvenes investigadores españoles descubren el origen del osteosarcoma, el cáncer de huesos agresivo que afecta a niños
El análisis de su equipo, en el Instituto Europeo de Bioinformática, y usando una enorme cohorte de pacientes, revela un nuevo mecanismo que impulsa el osteosarcoma, el cáncer óseo pediátrico más complicado
Madrid
Isidro Cortés-Ciriano es muy joven y ya puede decir que ha hecho una contribución fundamental en la lucha contra el cáncer. Responde por teléfono a las preguntas de la SER desde Cambridge y bromea con el hecho de que nuestro primer contacto ha sido a través de un cruce de emails en inglés: "un zaragozano y un murciano hablando en inglés, aunque nos podríamos haber comunicado con la terminación ico", dice mientras sonríe.
Para llegar hasta allí, este zaragozano de 36 años, nos cuenta que estudió biología y bioquímica en la Universidad de Navarra y realizó su doctorado en bioinformática en el Institut Pasteur de París. Su formación postdoctoral la llevó a cabo en la Harvard Medical School. Desde junio de 2019, lidera un grupo de investigación en el Instituto Europeo de Bioinformática (EMBL-EBI) en el Reino Unido. Se ha especializado en genómica del cáncer y biología computacional.
Charlamos con él porque, junto al también español José Espejo Valle-Inclán, coautor del estudio y un equipo de investigadores del Instituto Europeo de Bioinformática, el University College de Londres, el Royal National Orthopaedic Hospital y la empresa pública Genomics England, le ha dado un golpe decisivo al temido osteosarcoma.
Cortés-Ciriano explica que "se trata de un tipo de cáncer óseo muy agresivo que afecta casi siempre a niños y adultos jóvenes de entre 10 y 20 años, en las épocas de mayor crecimiento de los huesos". Aunque es poco frecuente, tiene un impacto enorme en los jóvenes y sus familias porque el tratamiento suele ser "una gran cirugía o, directamente, la amputación". Además, es un cáncer con muchas posibilidades de extenderse, sobre todo al pulmón.
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La investigación liderada por Cortés-Ciriano y en la que ha sido fundamental el estudio de las muestras de Espejo Valle-Inclán ha sido publicada en la revista Cell. Para resumirla mucho le preguntamos al primero si "ha conseguido explicar la causa del osteosarcoma". La respuesta es contundente: "Si, sin duda", dice sonriendo de nuevo. Lo han llamado "cromotripsis LTA" y aseguran que es "un mecanismo de mutación que está presente en el 50% de los casos de osteosarcoma" que han estudiado.
La cromotripsis -viene del griego "chromo", cromosoma, y "thrypsis", romper en pedazos- es un fenómeno genético, ya conocido, en el que un cromosoma se fragmenta y se reorganiza de forma caótica causando pérdidas de material genético en un corto período de tiempo y lo que los científicos llaman "reordenamientos complejos"
Ya se sabía que las células de osteosarcoma tienen los genomas más complejos que se pueden ver en los cánceres humanos. Pero no había explicación sobre por qué son así. Ahora, explica el investigador, "mediante el estudio de las anomalías genéticas en diferentes regiones de cada tumor, hemos podido comprender cómo los cromosomas se rompen y reorganizan" a través de este tipo de cromotripsis, la LTA
Cortes-Ciriano explica que "esta cromotripsis es la razón de los altos niveles de inestabilidad genómica que se pueden ver en las células cancerosas" de un osteosarcoma. Y también de su agresividad. El estudio va más allá y, además, describe la existencia de un "biomarcador para hacer pronósticos", es decir, "una señal en las células cancerosas que puede usarse para diagnosticar al paciente más rápido y anticiparse a la enfermedad con tratamientos personalizados".
Al biomarcador lo han llamado LOH, o "pérdida de heterocigosis". Ocurre cuando se pierde una copia de una región genómica concreta. "En el genoma de un osteosarcoma, un alto grado de este biomarcador predice una menor probabilidad de supervivencia", explica el estudio.
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Un análisis genómico muy preciso
Esta investigación ha usado datos del Proyecto 100.000 Genomas, un estudio de la empresa publica británica Genomics England, dependiente del sistema de salud del país. Han secuenciado genomas completos de pacientes británicos afectados por enfermedades raras o cáncer. Al analizar esta enorme cohorte de pacientes, han comprobado que la prevalencia de la cromotripsis LTA es del 50% de los casos de osteosarcomas pediátricos y adultos de alto grado.
El equipo ha analizado genéticamente las distintas zonas de los tumores de osteosarcoma mediante lo que se llama "long-read sequencing", una técnica de secuenciación de ADN que genera fragmentos mucho más largos que los métodos tradicionales de lectura para poder leer grandes tramos de ADN sin interrupciones y detectar variantes genéticas más complejas. Esta forma de trabajar ha sido clave para identificar el mecanismo de la cromotripsis LTA y "descubrir cómo los cromosomas reorganizados en las células cancerosas continúan adquiriendo anomalías adicionales a medida que el cáncer progresa". Como explica Cortés-Ciriano "estamos ante el mecanismo de los tumores para hacerse cada vez más fuertes contra los tratamientos".
Y por si todo esto no pareciera ambicioso, todavía hay más: EL equipo también ha analizado genomas completos de 5.300 tumores de otros tipos de cáncer. Ahí han podido comprobar cómo "los cromosomas afectados por la cromotripsis LTA son muy inestables" en estos otros tipos. Esto, explica el joven investigador español, nos pone en el camino a los científicos especializados en oncología para entender que "la inestabilidad genómica de los cromosomas complejos en el osteosarcoma también es relevante para otros cánceres".
Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...