Por qué mi refresco pierde todo el gas al entrar en contacto con el hielo

Madrid

¿Alguna vez te has preguntado por qué los refrescos pierden su gas al entrar en contacto con el hielo? A pesar de que estemos en pleno enero, y que probablemente no te apetezca demasiado tomar las bebidas tan frías a estas alturas del año (por lo que sea), seguro que en alguna ocasión te habrás fijado en que las bebidas carbonatadas van perdiendo el gas a medida que introducimos un pequeño cubito de hielo en el interior del vaso. Una pregunta de lo más concreta que, como viene siendo habitual en estos casos, puede ser respondida gracias a la ciencia.

Según reflejan diversos estudios, los refrescos comienzan a perder burbujas por dos factores tan concretos como son la temperatura y nucleación. Para que puedas entender por qué se produce este proceso es importante que interiorices que las burbujas del refresco están compuestas de dióxido de carbono (CO₂) disuelto en el líquido. Un concepto clave que te ayudará a entender lo que te vamos a explicar a continuación. El CO₂ se mantiene disuelto dentro de la botella o la lata porque el refresco está frío y bajo presión. En el momento en el que decidimos introducir algo de hielo en su interior, el líquido que está alrededor del hielo comienza a enfriarse más y más. A pesar de que el dióxido de carbono es más soluble en agua fría, el efecto del enfriamiento por el hielo no es tan significativo como para explicar la pérdida de gas por sí solo.

De la temperatura a la nucleación

Un enfriamiento que puede provocar que el gas disuelto salga más rápido. Sobre todo si ya hay burbujas en formación. ¿Por qué? Principalmente porque la presión parcial de dióxido de carbono es menor en la superficie del hielo y porque la diferencia de presión entre el líquido y la superficie del hielo favorece la liberación del CO2 disuelto. En ese preciso instante se crea un desequilibro que facilita que las burbujas se formen, suban y que la bebida vaya perdiendo poco a poco su gas. A este primer factor se le suma otro como es el de la nucleación, que también se convierte en uno de los grandes responsables de que nuestro refresco vaya perdiendo poco a poco su gas cada vez que metemos un cubito de hielo en el vaso.

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El cubito de hielo que acabas de introducir en tu vaso no es completamente liso. Si te fijas bien, en su interior encontrarás numerosas grietas, irregularidades e incluso burbujas de aire atrapadas en su interior. Pues de esta serie de perfecciones surgen lo que conocemos como puntos de nucleación, los lugares donde las burbujas de gas pueden empezar a formarse más fácilmente. En el momento en el que el dióxido de carbono encuentra estas superficies rugosas, se convierte rápidamente en gas y sube como las burbujas. Por lo tanto, la introducción del hielo provoca que el gas disuelto salga más rápido del refresco.

Otros factores menores

La temperatura y la nucleación son, sin duda alguna, los dos factores principales por los que tu refresco pierde todo el gas al entrar en contacto con el hielo. Pero no son los únicos. En esta ocasión también tenemos que tener en cuenta otros como pueden ser la agitación y la presión. Cada vez que introducimos hielo en el refresco estaremos agitando el líquido que tenemos en el interior del vaso, lo que acelera la pérdida del gas.

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En lo que respecta a la presión, el hecho de abrir la botella también provoca que el refresco vaya perdiendo el gas de forma paulatina. Todo ello porque la presión interna disminuye, uno de los grandes responsables de que el dióxido de carbono escape de una forma mucho más sencilla.