Imposible de olvidar y disculpar

Madrid

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo, tiene un serio problema con Carlos Mazón, el presidente de la Comunidad Valenciana que no acudió a su puesto de mando cuando ocurrió la peor catástrofe del siglo en su territorio. Un problema enorme que se refleja siempre que habla de él. En pocas horas, ha pretendido defenderle diciendo nada menos que, palabras textuales, prefiere a políticos “que respondan de su gestión que aquellos que hacen de la resistencia su modo de vida” y que Mazón estuvo noqueado en los días posteriores a la DANA. Son argumentos imposibles de comprender. Si algo está haciendo Carlos Mazón es intentar resistir contra viento y marea, en lugar de asumir su responsabilidad, de la forma en la que los políticos la suelen asumir, es decir, dimitiendo.

Y si algo no puede suceder cuando ocurre una desgracia como la DANA es que el máximo responsable político en la zona afectada esté noqueado durante días. ¿Por qué el presidente del Partido Popular no ha pedido a Mazón que dimita? La experiencia demuestra que un líder político exige la dimisión de un miembro de su partido cuando percibe que los costos políticos de que siga en el cargo son mayores que los beneficios de mantenerle. Y hasta el más despistado sabe que el Partido Popular no puede obtener ningún beneficio de la resistencia de Mazón. Lo que hizo es imposible de olvidar y de disculpar. Así que, si Núñez Feijoo no ha pedido la dimisión a Mazón es simplemente porque no tiene fuerza o criterio suficiente para hacerlo. Una pena. Lo que no puede ser, no puede ser y además, es imposible.