¿Podemos dejar que los coches conduzcan de forma completamente autónoma?

Madrid

Esta semana, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos ha abierto una nueva investigación a Tesla. Lo que investiga esta autoridad son las denuncias que le han llegado tras 16 accidentes en los que supuestamente está implicada la tecnología Actually Smart Summon. Este es uno de los sistemas de autonomía para la conducción que ofrece Tesla y que permite que el usuario, a través de una app, pida que el coche se traslade hasta su posición sin que haya un conductor dentro. Todo apunta a que hay problemas en los tiempos de reacción al no esquivar bien otros obstáculos cuando se usa el ASS. A esta investigación se suma otra muy similar que fue abierta por esta misma autoridad en octubre del año pasado y que afectaba a 2,4 millones de unidades. En aquel caso fueron 4 los accidentes, uno de ellos con un fallecido, en los que estuvo implicada la tecnología Full Self Driving, que sí que permite que el coche se mueva sin las manos del conductor en el volante.

Estas dos investigaciones surgen en un momento comprometido para Musk y su compañía, porque hace poco que han presentado sus taxis y furgonetas autónomos, con la promesa de que “serán entre 10 y 20 veces más seguros que los conducidos por un humano”. Con todo esto, el debate empieza a estar en torno a la fiabilidad y la seguridad que puede dar un coche que toma decisiones por su cuenta.

Los niveles de autonomía y aspectos a mejorar

Para definir los niveles de autonomía se utiliza la referencia SAE; acuñada por la Sociedad de Ingenieros de Automoción. Según detalla la patronal ANFAC en su último Barómetro del Vehículo Autónomo y Conectado, los niveles SAE se entienden de la siguiente manera:

• SAE 0 (Conducción manual): el conductor se encarga de realizar todas las tareas de conducción.
• SAE 1 (Feet off) los vehículos disponen de asistentes a la conducción que pueden controlar el movimiento lateral o longitudinal, pero nunca los dos al mismo tiempo.
• SAE 2 (Hands off): los vehículos disponen de asistentes a la conducción que pueden controlar tanto el movimiento lateral como longitudinal. El conductor es el único responsable de la conducción, puesto que los asistentes tienen un ámbito de uso limitado y el vehículo no está capacitado para responder ante obstáculos imprevistos.
• SAE 3 (Eyes off): el conductor puede decidir que el sistema de conducción automatizada tome el control sobre el vehículo y realice todas las funciones de la conducción, aunque con ciertas limitaciones. El conductor sigue siendo el único responsable de las maniobras de seguridad.
• SAE 4 (Mind off): el vehículo puede funcionar de manera autónoma sin que el conductor tenga que intervenir, salvo cuando se encuentre fuera de su ámbito de funcionamiento. Este nivel suele centrarse en los entornos fuera de las ciudades.
• SAE 5 (Driverless- ADS): El vehículo puede prescindir de la figura del conductor.

En el mismo informe de ANFAC se hace un balance de cómo está la oferta actual en España en cuanto a la autonomía que ofrecen los modelos. Si miramos solo el mercado de turismos, a día de hoy el 81% de esta oferta llega hasta un máximo de autonomía SAE 2. Solo el 18% de los modelos ofrecen SAE 3.

Para Felipe Jiménez, catedrático de la UPM e investigador del INSIA (Instituto Universitario de Investigación del Automóvil), la tecnología tiene que seguir avanzando, pero el pronóstico de Musk es precipitado: “Cuantificar si las mejoras en seguridad serán por 10 o por 20 es quizá un poco un poco optimista, sobre todo cuando estemos hablando de un tráfico mixto. Quitar completamente al conductor humano prácticamente no está en las agendas estratégicas de ningún fabricante. Lo que están apostando es por un nivel 4”. El experto pone también el énfasis en algunos detalles a mejorar: “Donde creo que está lo más crítico es en la determinación de la toma de decisiones. Además, parece razonable que un humano tenga que estar por detrás”. Pero Jiménez también puntualiza: “Los estudios coinciden que la seguridad debería mejorar, pero también es verdad que la repercusión de los accidentes de vehículos autónomos es mucho mayor que la de un accidente con conducción convencional”.

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