Ni verrugas, ni pelo canoso: así eran verdaderamente las brujas en la Edad Media
En 'SER Historia' desmienten algunas de las falsas informaciones sobre el aspecto de estas criaturas medievales
SER Historia | Ni verrugas, ni pelo canoso: así eran verdaderamente las brujas en la Edad Media
02:04
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1736269854080/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
La imagen popular que se le ha dado a las brujas en el mundo occidental el de mujeres mayores con arrugas, verrugas, pelo canoso, delgadas y con nariz de punta que practican la brujería. Este estereotipo se ha perpetuado en el tiempo y la mayoría de representaciones ficticias de esta criatura son de esta manera, a diferencia de cómo eran en realidad muchas de las mujeres sacrificadas por brujería en la Edad Media.
Más información
En la época del Malleus Maleficarum, libro escrito a finales del siglo XV con el que se asentaron las bases de muchas leyendas sobre las brujas, se creó este estereotipo de bruja aunque no fuera del todo exacto. Tal y como ha explicado Jesús Callejo en El Cronovisor del SER Historia, esta novela explicaba cómo probar que alguien era bruja y detalla quiénes son los demonios seguidores de las brujas, donde se habla de los íncubos (hombres) y súbucos (mujeres), los demonios sexuales que trataban de empujar a las personas al pecado.
Se creía en aquella época que estos íncubos podían tener relaciones carnales con personas y procrear hijos, lo que crearía una especie de raza híbrida. Los súbucos eran demonios femeninos "muy voluptuosos" que buscaban que el mortal de turno cayera en sus redes. Este tipo de demonio sobrenatural, conocidas en algunas culturas como lamias o estriges, eran "mujeres diabólicas muy atractivas sexualmente", indica Callejo.
Estos demonios hacían actos en contra de Dios, de la virgen y la de la Iglesia y el diablo era su Dios, lo que las covertía en unos herejes. En la Edad Media se contaba con salvajes técnicas para identificar a una bruja como desnudarlas para ver si había alguna cosa rara en la parte izquierda de su cuerpo (el lado del diablo) o pinchar en determinados cuerpos de la mujer y si no sangraba decir que era una zona insensible, lo que significaba que el demonio había hecho un pacto en ese lugar había dejado insensibilizada a la bruja. Todas estas barbaridades están descritas en el Malleus Maleficarum, la guía completa para los cazadores de brujas del siglo XV.
El martillo de las brujas
30:07
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1735809660693/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>